A Wolf Thing | Paul Lahote

Epílogo

-Los Volturi no damos segundas oportunidades- exclamó con una tranquilidad que daba miedo el amo del clan más poderoso del mundo vampirico mirando con sus escalofríantes ojos negros a aquel ladrón.

-Felix- llamó el amo al más grande de los vampiros de su guardia mientras se sentaba en su trono a lado de sus compañeros- haz tu trabajo.

El corpulento vampiro en un rápido movimiento tomó a aquel ladrón de la cabeza y al sentirlo forzajear miró a Demetri con una sonrisa, el rubio sonrió de lado y no hubo necesidad de palabras, el rastreador rápido llegó al centro del salón y tomo de los brazos a aquel pobre vampiro, tras escucharlo suplicar un poco en un hábil movimiento los verdugos tiraron de sus extremidades y así le rompieron el cuello y los brazos.

La más joven del aquelarre miró como el cuerpo de aquel vampiro caía tieso al centro del salón y sin apartar la mirada caminó cerca de el.

-Vaya lastima- dijo con su melódica voz mirando los ahora restos del hombre, el había sido un idiota al revelar su secreto a 5 humanos y aparte se atrevió a robar en el castillo ¿Como es que penso que lograria sobrevivir a eso?-ahora alguien tendrá que limpiar el suelo, este hermoso mármol no puede quedarse así.

El gemelo de la rubia río ante su comentario.

-Asi sera querida jane- le dijo el amo Marco desde su trono-de hecho Heidi lo hará.

Jane Volturi sonrió a su amo.

Muchachos- los llamó Aro y todos los presentes se volvieron a verlo- ya pueden retirarse. Como dijo Marco Heidi se encargará de quemar los restos y limpiar este desastre así que no los necesitamos más.

Todos los presentes asistieron y salieron de la sala principal cada quien con destinos diferentes, Demetri caminó por los oscuros pasillos del castillo Volturi con lentitud hacia su habitación, una vez allí bloqueo la puerta y caminó a su escritorio donde estaba ese pedazo de tela que había tomado de la protegida de los Cullen y que le habia causado intriga desde hacia unos días.

El vampiro tomó la tela y se sentó en silencio, después llevo a quel pedazo a su nariz y aspiro con profundidad. Demetri gimió con satisfacción al oler tan embriagante aroma, nunca antes había olido algo tan dulce y delicioso, no sabría describirlo con exactitud no encontraba las palabras exactas que lo definieran pero algo que sabía era que le causaba sed. El rastreador ansiaba saber quién era la dueña que este aroma pero no había ido en su búsqueda, no podía hacerlo y menos con sus colegas merodeando siempre.

Por un momento creyó que se trataba de su "tua cantante", pero descartó de inmediato la idea porque si en verdad lo hubiera sido habría ido tras aquella deliciosa criatura en el momento que percibió el aroma.

Pero entonces ¿Qué es lo que lo atraía tanto a ese aroma?

En un principio había sido difícil contener la extrema sed que tenía causada por aquel aroma, pero lo había logrado. Desde ese entonces se habia llenado solo con otro tipo de sangre, pero no era lo mismo. Desde que había olido aquel aroma ninguna sangre parecía llenarlo del todo y eso lo frustraba, un vampiro no estaba acostumbrado a quedarse insatisfecho; aparte también había corrido con suerte porque Aro no había leído sus pensamientos como solía hacerlo cada cierto tiempo, no solo con el con todos los miembros de la guardia.

Por eso Demetri estaba solo, solo y confundido.

Demetri era un vampiro unico, habia sido convertido hace miles de años y eso lo hacía uno de los más viejos de su especie. Este poseía un don muy singular que lo había llevado a Volterra, el gran Aro había posado sus garras en el y sabiendo que su poder era único no lo había dejado ir, el rastreador no se opuso ya que sabía que estar de lado del clan más poderoso del mundo tendría sus ventajas y pro eso seguia allí.

Demetri dejo de lado sus pensamientos y miró la tela nuevamente unos cuantos momentos y sintiéndose un poco intrépido se levantó, caminó a su guardarropa para tomar su capa y después tomó la tela para guardarla en su bolsillo.

Colocó su prenda sobre sus hombros y salió de su habitación dirigiéndose a la salida del castillo, estuvo apunto de lograr salir sin ser visto pero una voz lo detuvo y lo hizo soltar una maldición.

-¿A donde tan tarde Demetri?- el gran Aro lo miró con una ceja alzada mientras sus intensos ojos rojos, los cuales estaban así por qué ya había comido, lo miraban expectante.

- Quiero caminar un poco- dijo firme mirándolo serio.

Aro miró con curiosidad a su rastreador y no fiandose de sus intenciones extendió su mano hacia el, Demetri maldijo por lo bajo y dudo en darle su mano al amo, pero supo que si no lo hacía hoy tarde o temprano lo haría así que a regañadientes posó su mano sobre la de Aro.

Demetri miró serio como Aro tenía su mano envuelta en la suya mientras sus ojos estaban cerrados, la sangre la hirviendole al saber que todo pensamiento que había tenido estaba siendo leído por el.

-Vaya Demetri- exclamó soltando su mano y mirándolo con esa escalofriante sonrisa que lo caracterizaba- Esto si no lo esperaba.

El vampiro no dijo nada y solo se quedó callado mirándolo a mitad de la puerta principal del castillo.

-¿Qué esperas?- dijo en tono sonriente y caminó a la puerta, en un movimiento rápido la abrió.

Demetri frunció el ceño pero no se movió.

- Ahora yo también tengo curiosidad de saber quién es la dueña de ese embriagante aroma.

Demetri lo pensó un momento pero después sonrió.

-Ve por ella rastreador.

Demetri sonrió a su amo y después se hecho a correr perdiéndose en la oscuridad de la noche por las calles de Volterra.

...

¡Aquí está el epílogo!
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❤😍🦄🌸
Aquí termina la primera temporada de esta historia pero no sé preocupen porque trabajaré en una segunda parte. ¿Cuando la publicaré? Ahí es donde les voy a fallar, el lunes comienzo clases y la verdad no sé cuando tenga tiempo de publicar pero prometo hacerlo pronto.
Les agradezco su apoyo en este proyecto, no saben lo feliz que soy al ver que alguien disfruta de mis trabajos.
Las amo.
¡Y nos vemos pronto!
xoxo

PD: no se que pasó, ya lo había publicado pero bueno aquí lo subo otra vez.