|| Donde los sueños se vuelven realidad.
Tal vez todos soñamos con alguna vez estar tanto con alguien, un personaje ficticio el cual, literalmente, es inalcanzable, pero que mejor que una pequeña probada y entrada a estas historias con las que puede...
Contexto: Lola Hale no vivió una vida fácil pues, a los diez años sucedió algo que nunca olvidara. El incendio de la mansión Hale. Aquellos recuerdos de las llamas y los gritos agonizantes. Trata de vivir una vida normal, pero sus compañeros de clase gustan de molestarla hablando pestes de su familia.
ꜰᴀᴄᴇ ᴄʟᴀɪᴍ: Jenna Ortega
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Lola había faltado a algunas de sus clases porque debió ir al hospital para leerle un libro a su tío y, además, para poder hablar con los doctores para saber como estaba su tío. Termino llegando en cambio de horario por lo que estaba abriendo su casillero.
───Hola, Lola─── la adolescente giró su cabeza para ver a Lydia, una de las adolescentes más populares de la escuela
───Hola
───Vi que no entraste a las primeras dos clases del día─── Lola asintió un poco───. Decidí traerte los apuntes de la clase
Lola bajó la mirada viendo como Lydia alzaba su cuaderno rosa hacia ella, frunció el ceño pues eso no era nada normal con ella, ya que ni siquiera eran amigas. La de cabellos negros asintió un poco con una pequeña sonrisa.
───Gracias, pero creo que Stiles me los va a pasar─── respondió Lola; Lydia frunció el ceño
─── ¿Quién es él? ─── preguntó Lydia
La adolescente de cabellos negros sonrió un poco asintiendo porque era obvio que no lo conocía, ni la existencia de él u otro poco popular, le sorprendía que la conociera, aunque ni siquiera tanto porque era conocida por ser Hale, una de las pocas que sobrevivieron al incendio.
───Es el chico de lunares que se sienta detrás de mi─── respondió ella sonriendo, Lydia solamente rodó los ojos
───Te los traje porque ninguno de tu grupito se presentó a la clase─── respondió Lydia
───Oh
Lola asintió tomando el cuaderno rosado porque la adolescente frente a ella siguió insistiendo que lo tomara. Lydia le sonrió y se fue de ahí. La pelinegra se giró hacia su casillero nuevamente para ver dentro de este, estuvo solo algunos segundos cuando unas voces comenzaron detrás de ella.
───Oye, huerfanita─── era absurdo como esos adolescentes pensaban que "huérfana" era un insulto enorme y el mejor para ser burla. Era totalmente horrible───. Oye, fuimos a tu casa y...
───Ay, es cierto─── hablo otra chica───. No tienes una, tu tío el psicópata la prendió en llamas, ¿verdad?
───Él no hizo eso─── respondió ella negando
La adolescente Hale defendía a su tío, eso, aunque el mundo creyera que él había incendiado la casa en la que solían vivir. Eso era una completa mentira. Una falacia asquerosa.
