Capítulo 13

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La puerta principal se abre abruptamente. Los ojos verdes, intimidantes y hostiles de mi madre estaban mirándome tanto con enojo y fastidio. Doble mierda.
---Tenemos que hablar muy seriamente, Catherine ---dijo prepotente.
Dejó todas sus pertenencias en un rincón de la sala de estar y tomó asiento quedando frente  a mí. Su enfado era evidente y me jode muchísimo. Me sentía una completa mierda porque sabía claramente lo que ella iba a echarme en cara. 

---¿Sobre qué?---pregunté fingiendo no tener idea.
Mi madre puso cara de póquer.
---Dime, ¿cuando pensabas decirme que no te admitieron en la universidad? ---el tono de su voz fue seco. Pero, como se enteró. Quien demonios le ha dicho, si casi nadie lo sabe. ¿cómo?

Dejé de respirar por unos segundos. No seas cobarde, idiota. Algún día ella iba a enterarse.

---Puedo explicarlo... –--dejé la frase sin terminar. En realidad no podía hacerlo. No tenía las palabras correctas.
---¡Explicar qué, niña tonta! ---gritó---. Así me pagas por todo lo que he hecho por ti ---me reclamó.

¿Lo que ha hecho por mí? ¿Qué ha hecho ella por mí? ¡No has hecho nada por mí, maldita sea! Quiero llorar.

Pasé ambas manos por mi cabello con frustración, y entonces, ya no pude más, exploté.

---Solo fue por un insignificante punto ---dije irritada. Sin disimular mi negatividad. Mi puntaje fue bueno, solo porque me faltaba un punto para que la acreditación fuese aprobatoria, por ese estúpido punto todo se fue al carajo.
---¿Qué? ---preguntó sin expresión alguna.
---No me admitieron por un estúpido punto, mamá ---empecé a decir---. He fallado, ya lo sé. Pero no tienes por qué culparme por esto. Estuve esforzandome  como nadie para lograrlo y lo... ---ella se puso de pie y me interrumpió.

---Un estúpido punto, dices.  No te puedes tomar nada en serio ¿verdad, Catherine? ---no dije nada, solo me limité a escuchar, algo que no hago a menudo---. Acabas de mandar a la puta mierda tu futuro, un futuro que me costó carísimo. Me hizo feliz que te decidieras por  ser medico pero tuve que matarme en el trabajo y para qué, para nada. Acabas de arruinarlo. Todo el proceso fue solo un favor que te hice, ahora arréglatelas sola. Estás sola en esto ---las palabras no hacen más que desgarrarme por dentro.

Era una total mierda lo que mi madre acababa de decirme pero no habían palabras para callarle la boca. Tenía la razón. He arruinado una gran oportunidad, la oportunidad de mi vida, tal vez. he fallado. Le fallé a ella, le fallé a todos y sobre todo le he fallado a la persona más importante de todo esto, yo. Me he fallado a mí misma y lo reconozco. Todos cometemos errores, no somos perfectos y a través de ellos se aprende pero a veces, tus mismos errores pueden salirte caros.

Mi madre sacó su teléfono atendiendo una llamada y antes de que yo pudiese opinar ella se me adelantó diciendo---: Vete a tu habitación y no salgas hasta mañana. 

Apreté los puños. Me pregunto ¿debería hacerle caso? No...

Sin que ella se diera cuenta, me acerqué a su equipaje y saqué trecientos dólares de su bolso. Los guardé en el bolsillo de mis Jeans, caminé hacia la puerta sin preocupaciones, ella me miró en el momento en el que abrí la puerta y hizo una mueca de disgusto.

---Ni se te ocurra desobedecerme...Te daré tres segundos ---advirtió ---. Catherine...

----Que te jodan, Cristina ---dije sin más preámbulos.

Tomé un taxi, aún no sabía a donde quería ir. Así que le pedí al taxista que me llevara al bar más cercano, durante el trayecto vi mi reflejo en la ventana, mis ojos estaban rojos, por tantas ganas de querer llorar y aguantar las lágrimas. El bar donde terminé por entrar es el mismo donde John trabaja, con la diferencia de que él no se encuentra. 

Para mi mala suerte, el dueño del bar ---el cual me odia---, está frente a mí. 

---John no está aquí ---dijo con voz hostil.

Puse los ojos en blanco. 

---No vine a ver a John ---aclaré---, vine a otra cosa.

Sea lo que sea que el dueño del bar esté pensando, logró entenderme. Se cruzó de brazos.

---No eres bienvenida aquí, no como cliente...---no lo dejé terminar porque le enseñé la cantidad de dinero que me quedaba, se quedó en silencio, hasta la expresión le cambió radicalmente. Eso siempre funciona.

Lo seguí hasta llegar a la barra, me dio un vaso de vidrio y una botella, no me fijé de qué era, solo me serví un poco y me apresuré a darle el primer trago y así sucesivamente.

Me desconecté del mundo. No sé por cuanto tiempo o eso fue lo que creí porque él pasaba una y otra vez por mi mente. ¿Dónde estás Shawn? Apareces cuando estoy en problemas pero  cuando más te necesito desapareces...


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