Capítulo 17

1.7K 104 2
                                    

Por cada segundo transcurrido, reemplazaba los momentos dolorosos por los pocos momentos buenos que me han tocado vivir. Pero no me funcionó del todo, nunca podré olvidar. La cama se sentía fría a pesar de que las sábanas eran cálidas y no era la única que estaba tumbada en la misma.

Shawn estaba dormido, sin hacer mucho ruido me levanté de la cama y me permití observarlo por última vez. Vi rasguños en sus brazos y en su rostro. Rasguños que le yo le hice en señal de que quería que se detuviera.

Dejé de mirarlo, porque cada vez que lo hacía solo podía verlo encima de mí. No, no llores. Me abracé a mi misma y salí de la habitación silenciosamente para buscar mi ropa y echarme a correr.

¿Cómo le voy a explicar a Richard y a John que mi madre me abandonó y que acaban de abusar de mí?

Simplemente no seré capaz de hacerlo. Siento vergüenza. Es una mierda.

Me dolía la entrepierna pero no me detuve, al terminar de vestirme, busqué una botella de agua. Estaba sedienta, con la misma, mojé mi rostro para terminar de despertar.

Miré la sala de estar y lo recuerdos no tardaron en llegar a mi mente.

¿Cómo es que llegamos a este punto? ¿Cómo fue que ocurrió esto de un momento a otro? No tenía que ser así. No.

Me quedé quieta por momento para identificar el ruido que provenía del exterior de la casa.

Estaba lloviendo. Genial.

Es hora de que te vayas, Catherine... Vamos.

Suspiré un par de veces.

Tomé mi suéter e intenté ponérmelo cuando Shawn Mendes me abrazó por detrás como si quisiera protegerme de algo. Solo hizo sentirme peor. Recordándome la indebida manera en que anoche me tocó... Fue horrible. Él era un extraño.

—Creí que lo de anoche... —dejó la frase sin terminar.
—No debió suceder, Shawn —dije con sequedad y dolor. Nunca.
—Caty...
Me liberé de su agarre.
Tenía que enfrentarme a él de una buena vez. 

Lo miré con desaprobación. Se veía triste pero no más que yo.

—No Shawn. Me tomaste por tonta, sabías mi estado emocional —dije con rabia y a la vez queriendo llorar—, te aprovechaste de mí...

Shawn puso sus manos en mis hombros. Nuevamente su cercanía se sentía tan fría en vez de cálida.

—No me aproveché de ti, pequeña... Quería que fueras mía —su expresión era neutral y a la vez fría.
Me alejé lo más que me fue posible.
—Abusaste de mí —dije en un hilo de voz—, me usaste.

Él te tocó, él te emborrachó, él trató de seducirte y luego te violó. Era cruel pensarlo en silencio. Me sentía sucia.

La reacción  de Shawn era de frustración.
—No es verdad —negó él.
Maldita sea...
—No intentes tapar el sol con un dedo, claro que es verdad. Porque si lo hiciste.

Y no pude frenarte.
Shawn se sobó la sien. Permaneció en silencio por unos segundos que me parecieron horas.

—Perdóname —musitó mirándome fijamente—, enloquecí, lo reconozco y en verdad lo siento.
No. No y no.
—Déjame sola —respondí. Pero creo que es demasiado tarde.

Shawn me tomó del brazo con fuerza.
—No te vas a librar de mí —dijo él.
Exploté.
—¡Basta, Shawn! Deja ya tu estúpida obsesión conmigo.

Pude ver el enojo de Shawn y más con lo que me  dijo después:

—Eso es lo que eres, pequeña: un capricho mío —eso me hirió más. Muchísimo más.
—Pues olvídalo porque sólo te matará por dentro.

Él se quedó en silencio y yo di media vuelta para llegar a la puerta. No pude abrirla estaba cerrada.
Mierda...

Tranquila, basta.

—Abre la puerta, por favor —le pedí con la poca educación que me quedaba.
Él automáticamente me respondió con un simple:
—No.
Eso me enfureció en potencia. Si quiere verme molesta,  eso es lo que tendrá y no le gustará en absoluto.

—Te lo voy a volver a repetir, Shawn —le advertí—. Abre la puerta.
A Shawn le divertía mi expresión. Idiota.
—No quiero.

Apreté los puños. Mi paciencia se había agotado.

—¡No te pregunté si querías! ¡Abre la puerta! ¡Ahora!

Shawn se enojó de verdad. Pero no temí de él. Nada de eso me afectaba y más si estaba molesta.

—No te voy a dejar ir, ¿es que no lo entiendes? —preguntó con desesperación.

Negué con la cabeza, no porque no lo entendiera, si no porque él no estaba siendo razonable. No estaba pensando con claridad.

Nos estamos haciendo mierda el uno al otro. No es bueno para nadie.

Sin pensar, cerré el puño derecho y le di un puñetazo, con la suficiente fuerza para aturdirlo unos segundos. Tomé las llaves y abrí la puerta echándome a correr en un dos por tres.

Tuve que frenar en seco y Shawn me alcanzó. Seguía lloviendo y las calles estaban vacías. La ropa me pasaba.

—¿Qué demonios te ocurre, Caty? —preguntó furioso— ¡Está lloviendo a cántaros! ¡Volvamos a casa!

Y era verdad, estábamos discutiendo a la mitad de la calle mientras cae un tormenta sobre nosotros. Una idea muy estúpida por mi parte.

No voy a volver a su casa, no quiero estar cerca de él.

—Sí, volveré a casa. A mi casa —la que está hecha mierda, porque yo la destruí—, y tú vuelve a la tuya y no me molestes —dije en un siseo.

Shawn fruncía el ceño.
—Tú no me das órdenes —me reclamó—. Yo las doy. Hazme caso y ven comigo.

¿Para qué?, ¿para que me termines de hacer pedazos? ¿Para hacerme más daño? ¡Ya estoy harta de todo esto!

Di media vuelta.
Shawn intentó tomar mi brazo con brusquedad pero lo empujé a tiempo.
—¡No seas imponente! —dije en voz alta —. No seas posesivo y no seas brusco —dije en un hilo de voz.

Me crucé de brazos y continúe con mi camino. Shawn se quedó en donde mismo, dejando que la lluvia lo mojara completamente mientras gritaba mi nombre y maldecía.

Yo me perdí.
¿Qué se supone que debo de hacer?

Mistakes S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora