Capítulo XXVIII

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Maratón: 1/3

Nos quedamos allí en la cama los dos.

***

Ya era de día, habíamos dormido más de 12 horas, entre la mudanza y nuestra "nochecita" estábamos muy cansados.
Yo me levanté antes que ella, fui al baño a ducharme, preparé dos zumos y fui a un Starbucks a comprar muffins para el desayuno. Cuando regresé _____ ya no estaba en la cama. Busqué en el salón, en la cocina, en la sala de grabación... pero no la encontraba. Entonces me giré y allí estaba, llevaba puesta mi sudadera verde de DC y nada más, me quedé como WOW.

- ¿__..._____? ¿Do...donde estabas?

- Aaah... –no me lo quiso decir, pero creo que estaba en la terraza-.

- Traigo el desayuno, ¿quieres?

- Mm... ¡muffins! –cogió la bolsa y comió como si no hubiera un mañana-.

- Eehh, que yo también quería.

- Uy, perdona –sus mejillas cambiaron a un color rosado muy tierno-.

Puse mis manos en su trasero y le susurré al oído "¿qué tal anoche?". Ella se puso de puntillas para estar a mi altura, ya que era bajita, y me besó la mejilla.

- Solo te diré que quiero repetir... –me susurró-

No podía creerlo, ella se acababa de levantar. Con una sonrisa en la cara cogí a aquella chica de la cintura y la tumbé en el sofá. Me quité la chaqueta y entonces... sonó el timbre.

- Me cago en todo.

- Tranquilo, abre, igual es importante.

Dejé a _____ allí y abrí la puerta.

- ¿Sí? ... ¡¿Jannies?! ¿Qué haces aquí?

- Hola, hoy me tocaba llevarme a Hachi, te lo dije el día que nos vimos y...

- Ah, se me olvidó. Espera que la cojo, pasa si quieres.

Entró al salón y vio a _____ solo con unas bragas debajo.

- ¡Rubius! ¿Cómo no me avisas? –se fue corriendo a ponerse algo-.

Yo me reí por dentro.
Hachi vino a saludar a Jen y ella la cogió.

- ¡Te he echado de menos pequeña! –la mimó y la metió en su transportín-. Veo que vives con ella...

- Pues sí –era una situación bastante incómoda, hasta que vino _____-.

- Por fin te conozco, Jannies –se miraron mal mutuamente-.

- Encantada de conocerte, ya me voy, perdón por interrumpiros.

- No estábamos haciendo nada, yo voy así por casa, estoy más cómoda –pelea de gatas detected-.

- No claro, Rubius y yo hacíamos lo mismo. Al principio todo muy bonito pero...

- Jen, ya basta.

- Es verdad, lo siento.

Abrí la puerta para que se fuera y ella se acercó peligrosamente a mí, puso sus manos en mis hombros y me dijo:

- Suerte con ella, parece un poco...

- ¡Deja de meterte en mi vida! Mira, quédate a la gata todo el tiempo que quieras con tal de que no vuelvas jamás.

- Vale, vale. Adiós Rubén –me guiñó un ojo y se fue-.

Dos Youtubers y un destino. [ElRubius] #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora