POEMA 27

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Sola me quedé sentada en la puerta de mi casa mirando cómo pasaban los ángeles que nunca llegarán a mi vida.

Me quedé sola con un vientre vacío y preguntándole al Cielo por qué.

Me quedé con un carrusel de sueños y un anillo de ilusiones.

Me quedé con una cicatriz en la piel y con una herida abierta en el corazón.

Para qué tanta libertad si no la quiero; para qué, me pregunto y por qué.

Me fui una mañana y ni siquiera te preguntaste por qué, sólo te quedaste en un silencio eterno.

Me quedé con tus recuerdos y con tus palabras de amor impresas en un papel que aún guardo en un cajón.

Mientras tanto sigo sentada esperando.

Dioses y Demonios en la vida de una mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora