SIN PREGUNTAR

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Desde que probé tus besos no te logro apartar de mis pensamientos; estás en mi cabeza constantemente y de manera caprichosa te has quedado en esta.

Tú, mi joven amante, rondas por mi corazón de manera divertida y peligrosa. Tú endulzas mis días llenos de sal.

Tú has llegado a mi vida como un huracán, sin preguntar ni pedir permiso entras a mi cuerpo invadiéndolo por completo, un calor tímido aparece en mi vientre al verte y la vergüenza se anida en mí.

Tu cuerpo es tan bello como inalcanzable, la noche nos cubre con su manto y nos regala un lugar donde ocultarnos. La luna nos ilumina el sendero al dar nuestros largos paseos, los cuales no quisiera que acabaran jamás porque al tomar tu mano soy inmensamente feliz.

Al llegar el amanecer regreso a la dura y fría realidad; el sol abofetea mi cara y mi mano está desnuda sin la tuya. ¡Oh, dulce e imponente sol, da descanso a tus abrasadores rayos y dale paso a mi luna que desde hace tiempo es amiga, cómplice y espectadora de mi sentir!, ¡ven a mí, noche bella, que quiero caminar!

Dioses y Demonios en la vida de una mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora