Capítulo 38: Especial (parte 3)

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Holaaaaaa! El cap anterior subí un poco el tono. ¿Les gustó? Me pareció que debería seguir con lo de el diario. Dejo cap:
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Querido hijo:
Ya sé lo que estarás pensando. Lo de el beso tenía mucha explicación, pero te servirá. Créeeme.
Ya habíamos salido unas cien veces y cada vez era mejor. En luna llena ella me daba unos caramelos para tranquilizarme y me pasaba a buscar la mañana siguiente. Hoy teníamos una cita y yo estaba muy contento.
Nos íbamos a juntar en un lugar donde lo conocimos una vez saliendo de la Madriguera. Es un lugar soñado, tiene un cerezo, vista al paisaje y bancos para sentarse. Perfecta perfección. Yo vestía un traje un poco viejo y de color beige, me parecía bien para la ocación. Fui a buscarla a su casa y me sorprendí: Estaba bellísima. Llevaba un vestido un poco apretando de color rojo, con escote de corazón. Acentuaba sus curvas.

Teddy antes de seguir leyendo pensó-: ¡Pervertidos!

Una belleza. Me tendió la mano y se la besé. Hijo, toma nota de cómo tratar a una dama. Caminamos agarrados de la mano hasta aparecer en el "Paisaje", era como lo llamaba tu madre.
Tu madre me miró curiosa y sorprendida: había una mesa rodeada de rosas y con velas de corazón.
-¡Guau! ¡Te superaste! Me encanta... -exclamó con mirada enamorada.
Yo siempre quise responder bien poético para enamorarla cada vez más, pero esta vez se me complicó.
-Me alegra que te guste -le respondí mirándola de reojo.
No me había dado cuenta del corte que el vestido en la parte de atrás. Esta vez se superó. Ella arregló su pelo para que esté azcabache pero debido a que estaba yo, se le cambiaba repentinamente al rosa chicle. ¡Cómo amo ese color!
-¿Qué comemos? -respondió curiosa. Reí. Ella era fan de la comida-. ¡Hey, no te rías, tengo hambre! -puse la mejor cara que podía evitando reírme a carcajadas.
-Lamento matar de hambre a esta doncella... -dije. Sabía que la iba a volver loca.
Me miró fulminantemente.
-¡Ja, ja! ¡Me muero, es súper romántico! -se burló sarcásticamente sacando la lengua.
La agarré por atrás y le susurré-: ¿Acaso sabías que te amo?
Ella me sacó la mano rápidamente. Se dio vuelta y se fue acercando poco a poco hacia mí. Era tan poca la distancia entre su cabeza y la mía que ya la quería romper. Se acercó más, dobló la cabeza y... ¡Me abrazó!
-¿Qué hice para merecer un abrazo? -ella rió.
-Tonto -ya lo veía venir.
Esta vez reímos los dos. Le moví la silla para que se pueda sentar. Se sentó y luego lo hice yo.
-Hambre -se quejó.
-Ya va -dije impaciente.
Me levanté y fui a buscar la bandeja escondida detrás de un árbol. Bollos de Bath, su comida favorita. Cuando la vio me la sacó rápidamente y se sirvió. La miré divertido.
-¿Qué? No me mires así... -reí por su ternura-. Tenía hambre. ¡Bollos de Bath!
-Lo sé. Si nos casamos, ¿quién va a cocinar? No veo que seas genial en eso...
-No. Tienes razón. ¡Torpe Dora! -miré su vestido que estaba lleno de Bollos de Bath- ¡Era nuevo! ¡Torpe Dora!
Reí.
-¿Por qué estás tan risueño? -me preguntó ofendida- ¿Trajiste refuerzos?
-Coniciéndote... -busqué en el bolso que traje un vestido de ella demás- Toma.
Me miró extrañada.
-¿Dónde lo conseguiste? Estaba en casa.
-Drómeda.
-Ah. ¿Cómo me cambio?
Pensé un segundo. No había nada en el medio de la nada.
-¡No me voy a cambiar atrás del cerezo! ¿Si me ven?
-Ya sé. Ve a tu casa, te espero -le dije.
-Ok. Nos vemos, amor -nos abrazamos y desapareció.
Pasaron muchas horas y ella no llegó. Me empecé a preocupar. Algo en mi estómago empezó a doler.
-¡Maldición! -grité enojado conmigo. ¿Cómo lo pude olvidar?- ¡Dora!
Mandé un patronus a su casa para avisarle. Me alejé corriendo de dolor a unos árboles. Salté varias ramas para quedar lo que para mí era lo necesario. ¡No tomé la poción y pensé que demoraríamos menos! Esperé a que la luz de la luna me ilumine. Mi ropa se rompió y envés de Remus estaba un peligroso lobo.

Teddy Lupin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora