Capítulo 20

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La matare. Juro que la mato si sigue golpeando la puerta. Si no me levanto a abrirle será por algo ¿no?

Es inteligente, debería de entenderlo.

― ¡Malia, ábreme la puerta o la derrumbo!― Agarré mi almohada y me cubrí la cabeza con ella. Empiece a tararear una canción intentando dejar de escucharla.― ¡Malia!

Resignada me levanté y caminé hacia la puerta a zancadas.― ¡¿QUÉ?!― Grité.

Un huracán pelirrojo entró a mi casa y de un empujón me llevó a mi dormitorio. Entró a mi closet y empezó lanzar ropa hacia mi cama deshecha.

― ¿Qué haces?― Pregunté confundida, pero ella seguía en su tarea de arrojar ropa hacia mi cama.

Caminé hacia mi closet y, lo más delicada que pude, la agarré del abrazo y la dejé sentada en mi cama. Lydia me miraba con el ceño fruncido y con los brazos cruzados. Resoplé frustrada. Intuía que se acerca una charla de chicas. Yo no quiero charla de chicas.

―No debería de hablar contigo, pero es tu cumpleaños y como tu amiga tengo que arrastrarte a una fiesta para celebrarlo.― Me mira con el ceño fruncido y yo la miro cansada.

Ha pasado una semana desde que termine oficialmente con Stiles y, desde que Lydia se enteró por qué lo hice, ha entrado en la fase de negación más agotadora que existe y, en vez de sentarse a pensar sobre sus sentimientos, lo único que ha hecho es molestarme con la planeación de mi cumpleaños.

―Ya te he dicho que no quiero celebrar mi cumpleaños.― Le sonreí amablemente y me senté a su lado.― ¿Ya lo pensaste?

Lydia me miró rápidamente y resopló enojada.― No tengo nada que pensar.― Desvió la mirada y yo gruñí.― La que debería de pensar en sus sentimientos eres tú. No yo.

―Yo tengo claritos mis sentimientos, la que no quiere aceptar los suyos, es otra.

―Escucha, Malia. Sé que ha sido una semana dura para ti. Que terminaras con Stiles y que Kira se fuera sé que te duele, pero el año pasado ni siquiera nos dijiste que día era tu cumpleaños como para celebrarlo y, después de todo lo que hemos pasado, una excusa para pasarlo bien no nos haría mal a nadie.― Se levantó y empezó a separar algunos vestidos que había tirado a mi cama.

―No estábamos hablando de eso.― Lydia siguió viendo los vestidos sin hacerme caso.― Lydia, tenemos que hablar de eso en algún minuto.

―Cuando admitas que terminar con Stiles ha sido lo más estúpido que hayas hecho en tu vida yo hablare de lo que no siento por el.― Me levanté enojada y fui hacia mi baño.― ¿A dónde vas?

―A darme una ducha ¿Quieres que vaya a tu dichosa fiesta? ¿O no?― Lydia me mira curiosa, pero luego sonríe.

Después de la ducha me puse mi bata negra con pequeñas espadas láser y me dirigí a mi cuarto. Lydia se encargó de ordenarla y de colocar dos vestidos en mi cama. Uno verde con transparencias y otro blanco también con transparencias ¿Cuándo los compre? Y más importante ¿Por qué los compré?

―Elige uno y el otro será para el baile de invierno de la escuela.― Dice con voz autoritaria y yo automáticamente elegí el verde.

Lydia en todo el momento que me peinó y me maquilló estuvo seria y yo me tuve que dejar hacer lo que ella quisiera. No era momento de hablarlo, pero, luego de muchos murmullos como "estúpido" "romper por esa estupidez" y muchas otras frases con la palabra estúpido en ellas, me levanté enojada.

―Deja de ser tan agotadora.― Le dije y ella me miró enojada, pero, luego se sentó derrotada en mi cama.

―Necesitamos hablar, Malia.

Stalia: Mi mundo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora