Stalia: Mi mundo contigo

Capítulo 13

Al día siguiente me desperté temprano por un recordatorio de mi celular. Hoy empezaba el plazo para poder postular a unos departamentos universitarios. En cuanto me había enterado se lo había comentado a Scott y él dijo que hiciera lo posible para conseguirlo. Por lo que puse la alarma bien temprano para ser unos de los primeros en postular.

Malia estaba todavía durmiendo, por lo que lentamente me separe de ella y me puse mis pantalones. Me senté en el escritorio de Malia y abrí su computadora. Abrí el link donde teníamos que rellenar nuestros datos y empecé a rellenar página por página.

― ¿Stiles?― La voz de Malia me hizo despegar la mirada de la pantalla.― ¿Qué haces tan temprano?― Cuando me gire a verla estaba con el pelo revuelto y me miraba adormilada. Sonreí y me acerque a ella y le di un corto beso en los labios.

―Buenos días.― Dije y ella me sonrió.― Estaba buscando un lugar para vivir con Scott después de la graduación.― Malia frunció levemente el ceño.― ¿Qué pasa?

―No crees que es mala idea vivir con amigos, incluso si es tu mejor amigo. ― Me miró seria y yo le sonreí.

―Bueno, entonces qué bueno que con Scott no seamos solo amigos.― Ella me miró confundida.― Con Scott somos como hermanos, asique no creo que sea un problema.― Malia me sonrió feliz y me dio un beso.― ¿Y eso porque fue?― Pregunté.

―Por ser un increíble hombre.― Sonreí y la volví a besar.

―Me falta poco para terminar, si quieres seguir durmiendo intentare no hacer ruido.

―No. Aprovechare el tiempo para arreglarme.― Se levantó y se estiro.― ¿Vas a ir a tu casa a cambiarte?

―Tengo ropa en el coche.― Respondí con la mirada en la pantalla. Malia me dio un beso en la mejilla y salió corriendo en dirección al baño.

Cuando había terminado de rellenar los datos y de apretar enviar, me di cuenta que Malia todavía no regresaba de su ducha. Como sabía que el padre de Malia se levantaba más temprano que nadie en Beacon Hill para ir a trabajar. Salí a buscar a Malia. Cuando iba dando la vuelta al pasillo para llegar a la cocina el grito de Malia me puso en alerta.

― ¡Papá!― Mi corazón se detuvo. Me apegue rápidamente a la pared y por las dudas observe hacia la cocina. El papá de Malia estaba todavía en la casa. Y miraba a Malia extrañado.

― ¿Qué pasa?

―Y-Yo... no comiste todo tu desayuno.― Malia le tendió la mitad de una manzana que había en el frutero.

― ¿La mitad de una fruta? Malia, yo ya tome desayuno, no creo que deba agregar algo mas.― Lentamente empecé a caminar hacia el dormitorio de Malia.

― ¿Enserio papá? Una tostada y una taza de café no es un desayuno. Come la manzana.― Escuche como decía Malia.

―Está bien.― El padre de Malia refunfuño y luego escuche la puerta principal cerrarse. Eso estuvo cerca.

Cuando volví a entrar a la cocina Malia estaba con la cabeza apoyada en la mesa. Me acerque a ella y le pinche el brazo con mi dedo.

―Eso estuvo muy cerca.― Dije con una sonrisa en la boca. Malia giro la cabeza hacia mí y me miro con el ceño fruncido. Estaba haciendo todo lo posible para no reírme. Al final no aguante y me puse a reír. Podía sentir la mirada amenazante de Malia, pero al rato la escuche reírse conmigo.

―Okey. Toma.― Se agachó debajo del lava platos y me tendió mi ropa.― Fui a buscarla y a la vuelta me encontré con mi padre. No lo había sentido antes de irme.