Capítulo 24

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Esto parecía una mala película de terror. Este pueblo estaba abandonado y no veía algo que nos podría ayudar a salvar a Stiles. Nos dividimos para buscar algo que fuera de utilidad, pero lo único que encontré fueron periódicos antiguos del año 1987. Seguí caminando hasta que encontré algo extraño en el suelo. Eran dos cuerpos, y se me hacían muy familiares.

Me acerqué lentamente, pero, cuando los reconocí, mis piernas empezaron a temblar al intentar caminar más rápido. Eran mi mamá y Kylie.

― ¿Mamá? ¿Kylie?― Estaban llenas de sangre y heridas. Nunca las había visto en este estado y era horrible verlo. Mi hermanita. Mi tierna y molesta hermana pequeña la estaba viendo muerta, y es horrible.

No puedo evitar que las lágrimas salgan y que el pecho se me oprima del dolor. Esto es horrible.

Me arrodillé entre ambas y las observé temblando. Por dios, cuanto las extraño. Las amaba tanto. Todavía lo hago. Y me odio al pensar que están muertas por mi culpa. Yo hice esto.

Las lágrimas no dejan de bajar por mis mejillas cuando agarro la muñeca favorita de Kylie.

― ¿Es tu familia adoptiva?― La voz de Theo me asustó, me hizo levantarme y girarme para ver esta estúpida broma de mal gusto.― Sé lo que estás pensando. Que debiste morir con ellos. Déjame ayudarte con eso.― Theo me apuntó con un arma y me disparó a la altura del abdomen.

El impacto me hizo caer al suelo y quedarme paralizada por el dolor. De la nada los cuerpos de mi madre y de mi hermana se mueven y me abrazan para empezar a enterrarme al fondo de la tierra. Estaba paralizada y no podía hacer nada.

Abrí los ojos sorprendida y me di cuenta que estaba en el suelo tendida. Sola. Todo había sido una ilusión.

Me limpié las lágrimas de mis mejillas y me abracé a mí misma. El perfume que ya se me estaba siendo muy conocido me llegó a mis sentidos y no pude evitar acordarme de Stiles. Hundo mi nariz en la sudadera que tengo puesta y me doy cuenta que tuvo que haber sido suyo. Por dios, no me acuerdo de él, pero lo extraño.

A lo lejos puedo ver a Lydia y corrí a su lado. Nos teníamos que ir de este pueblo, ahora.

― ¡Lydia! Nos tenemos que ir, ahora.― La agarré del brazo y la empecé a llevar al auto.

― ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?

―Acabo de tener una ilusión que casi me provoca un ataque al corazón.― Me volví a abrazar a mí misma y Lydia me miró seriamente.

―Busquemos a Scott y nos vamos.

Percibí el aroma de Scott y llegamos a la parte trasera de una casa. Nos encontramos a un Scott asustado mirando fijamente a una parte del patio. A él también le estaba pasando.

― ¿Mamá?― Estaba viendo a Melissa.

Lydia tocó su hombro y Scott se giró asustado.

―Está bien, tu mamá no está aquí.― Lydia lo tranquilizó.― Estas bien.

―La vi. Y su cabeza... se veía como si la hubieran mordido en el cráneo.― Scott estaba asustado.

―No fue real.― Lydia lo calmó con voz tranquila.

―Se sintió real.― "Dímelo a mí" Pensé mientras tocaba mi abdomen.

―La energía aquí provoca alucinaciones. No podemos quedarnos.― Lydia empezó a caminar y nosotros la seguimos.

―No podemos marcharnos.― Scott dice.― No hasta que sepamos porque Stiles nos trajo aquí.

― ¿A quién le preguntamos? No hay nadie aquí.― Llegamos a la calle principal y yo veo a un niño al otro lado de la calle.

Stalia: Mi mundo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora