... Asistencia ...

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Sena lo miro extrañado que tenia que ver aquella chica con el entrenamiento, por su mente surco una idea inimaginable que al gran Hiruma le gustaría aquella chica, se dio un golpe mental, era ilógico, el rubio nunca mostraba señal de debilidad y menos por una mujer, así que saco de inmediato esa idea de su cabeza, volvió a mirar al coreback que lo observaba molesto y con su típica sonrisa ladina.

— Aquella chica viene de Seibu, así que necesito que la espies, me eh enterado que le esta pasando información al rival así que hay que detenerla, ¡ me escuchaste maldito enano ! .—

Sena solo asintió con la cabeza sabia que esto iba en serio, miro el rostro del chico que todavía lo sostenía de los hombros y veía aquella chica con desagrado, pero al voltear se encontraron con la mirada penetrante de Renka observando encantada la escena de nervios que le estaban ofreciendo, la chica sonrio para ambos muchachos y volvió a dedicarse a lo suyo, esto provocó que Hiruma chasqueara la lengua, pero antes de hacer su jugada aparecieron dos chicas del salón de a lado.

Ambas miraron con desagrado a los dos chicos, antes de dedicarles unas sonrisas coquetas, a lo cual Sena se sonrojo mientras Hiruma fruncio el ceño al verlas, aquellas chicas llamaban la atención, no solo por sus rostros coquetos, al igual, tenían un cuerpo que cualquiera desearía comerse; una de ellas de 1.70 cm, tes clara, cabello de color rojo fuego que llegaba hasta la cintura con un copetillo recto y unos ojos de color ámbar que podrían atravesar paredes, mientras la otra media 1.75 cm, tes acaramelada, cabello castaño que llegaba debajo de los hombros, ojos color miel y una sonrisa angelical, cualquiera las podría tener pensó el rubio, pero al ver que se quedaban paradas en la entrada, ambas tomaron aire y gritaron al unísono.

— Ren chan .—

Se escucho el grito por las demás aulas, ademas la susodicha levanto la mirada y sonrió dulcemente, aquel gesto colorearon las mejillas de Hiruma y Sena ese gesto encandilo a ambos, mientras Renka se levanto de su asiento y corría a hacías las dos chicas para abrazarlas.

La Lucha Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora