... Tiempo ...

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Los años habían pasado, todo había quedado en el olvido, el equipo de Deimon se separó, Hiruma, Kurita, Musashi, Mamori y Yukimitsu, entraron a la universidad los demás debían crear su propia historia, así lo hicieron, cosechando triunfos, campeonatos, nuevos talentos, creando una leyenda para la posteridad, pero aún así el demonio no se encontraba satisfecho siempre estaba buscando algo más, tratando de llenar un vacío que no entendía. Al estar en la universidad Mamori seguía unida a él, habían entrado en la mejor universidad de Tokyo, se encontraban en la misma facultad, ella seguía siendo la manager y el demonio el coreback, al parecer el destino estaba dispuesto a llenar ese vacío de alguna forma u otra, todos en la universidad los conocían, habían creado una buena reputación hablando por supuesto de la pelinaranja, ya que Hiruma seguía chatajeando a todos, mostrando su dominio del bajo mundo para conseguir todo lo que deseara, aunque no estaba exento de los rumores ya que en todas las facultades se decia que el y Mamori tenían una relación que mas de colegas era sentimental, muchos comentaban que el la tenía contra su voluntad, que conocía un oscuro secreto de su pasado o que ella de verdad estaba interesada en el, pero ninguno de los dos desmentia lo que decían, no les molestaba estar en la boca de la gente. 

Llego agosto algunas facultades se encontraban de vacaciones otras seguían con sus cursos habituales, Hiruma y Mamori, no descaban ningún mes, el trabajo era demasiado arduado para darles la oportunidad de respirar, aunque no se negaban una comida decente de vez en cuando, esta era una de esas ocasiones, se encontraba de regreso del restaurante de ramen cerca de la universidad era atendido por dos gemelos bastante simpáticos, venían caminando con cierta calma como si no desearan llegar al laboratorio de pruebas que era su destino, el clima era agradable, el sol se encontraba en su climax, el calor no era asfixiante, ninguno pronunciaba alguna palabra al parecer cada uno venía exhortó en sus pensamiento, hasta que el rubio noto una figura que caminaba hacia su dirección, al principio no le tomó mucha importancia hasta ver que era una chica, conocía a la mayor parte de la universidad pero ella era completamente desconocida para el, noto que traía consigo una rama de bambú, hizo memoria, recondando que pronto sería Tanabata, giro los ojos al recordar la leyenda de los enamorados, no entendía como la gente seguía creyendo en esas ridiculeces, siguió prestando atención a su camino hasta que fue más visible la chica, llevaba puesto una blusa blanca con los hombros descubiertos, jeans cortos de cintura alta, medias negras hasta las rodillas, combinadas con zapatillas deportivas, era de tes morena clara, estatura mediana estaba seguro que era más pequeña que su acompañante, cabello negro lacio con un mechón de color azul, pero lo que sobre salía de ella eran sus enormes ojos castaños maquillados con delineador y mascara de pestañas, cubiertos con unos anteojos hexagonales y su labios color carmín, era la típica chica yankee despreocupada que no le importaba nada más que pasarla bien, no entendia como una persona como ella estaba en la universidad pero cada quien tenía sus influencias, de pronto ambos se cruzaron, sus miradas chocaron, ella sin pensarlo le sonrió de medio lado y le guiño el ojo provocando sorpresa al coreback, la chica sonrió ampliamente mostrando sus dientes estaba satisfecha al crear espectativa en el otro así que siguio su camino ya que la estaban esperando, de golpe el coreback se detuvo, noto que había un pequeño grupo esparando a la desconocida, dos eran chicas bastante altas una de cabello rojizo y la otra castaña y un chico que reconoció enseguida Riku Kaitani ahora más alto y con el cabello más corto, no estaba seguro de lo que sucedía, por un momento pensó que la chica que paso a su lado era Renka se sentía avergonzado por no reconocerla, sus mejillas se encontraban algo rojas, su corazón comenzó a lartir con fuerza, había regresado y no le había avisado, Mamori al notar que se encontraba caminando sola se detuvo y miró como él rubio seguía mirando a un grupo de chicos, camino hacia el, tocó su hombro para sacarlo de su transe, así lo hizo, el chico la miró algo ofuscado, respiro hondo y siguió su caminando, ahora la manager estaba sorprendida por esa actitud tan repentina pero al parecer las personas que observó de reojo lo habían descolocado, muy raro en el. 

El resto del día estuvo distraído, su mente estaba sacando conjeturas, no cabía en sí en que ella hubiera regresado, había pasado tanto tiempo, su cambio de personalidad era tan grande, su figura, su rostro pero sobre todos sus ojos aquellos que tenían un brillo tan particular, no se había perdido ahora era más intenso, sacudió su cabeza por quinta vez, debía prestar atención o de lo contrario acabaría haciendo una estupidez. Así fue, estuvo a punto de fallar en un examen en el laboratorio de pruebas pero se concentró lo suficiente para acabarla. Al fin había acabado sus clases, respiro aliviado ahora podía relajarse, Musashi y Kurita lo habían invitado a ir a un pequeño restaurante de comida coreana a pasar la tarde, se había negado al inicio, despues de tantas emociones debía aceptar, mejor tarde que nunca, ademas con un poco de comida y alcohol harían maravillas, aunque siempre que salía de reunión con ellos acababan en su departamento pasados de copas y haciendo el ridiculo, al menos nadie los veía, penso para si mismo, se dirigió a la ubicación que le habían enviado, no se encontraba lejos de la Universidad así que fue caminando, no podía dejar de pensar en ella, no entendía por qué no le había avisado de su llegada, bueno no es que fuera el parte importante de su vida, habían dejado de hablar hace tanto tiempo pero se sentía mínimo con ese valor para decir, - Hey regrese -, suspiro con amargura sin darse cuenta que había llegado al lugar, espero unos minutos hasta ver a sus amigos llegar juntos parecían bastante alegres, se saludaron y entraron al local.

La Lucha Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora