... Licor ...

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Lo primero que notaron es que el lugar se encontraba con pocos clientes, el ambiente era agradable, la música sonaba de forma regulada, pero una mesa en particular se encontraba animaba alcanzaron a escuchar sus risas desde la entrada, Hiruma giro los ojos ni una comida tranquila podría tener, al parecer el destino tenia ganas de joderlo, así que los tres chicos caminaron hacia una mesa alejada de la del bullicio, pero debían pasar a cerca de esta, ninguno de los dos chico presto atención de las personas que estaban sentadas a excepción de Hiruma que chocó miradas con una de las personas, era la chica yankee de nuevo la cual estaba bebiendo una cerveza de un tarro, al notar su presencia dejó los labios unidos al cristal y le sonrió de forma coqueta, haciendo que el rubio quitara la miraba y siguiera caminando, Renka río para sus adentro, acabó la cerveza de un solo trago sorprendiendo a los presentes en la mesa, el no estaba seguro como hacía para ponerlo nervioso se sentía un chiquillo de secundaria, bufo molesto a lo que sus amigos voltearon a verlo no entendía por qué siempre se encontraba de mal humor pero hoy no sería el día para cuestionarlo, bueno después de unos tragos lo cuestionarian, llegaron a su mesa, el mesero les entregó las cartas y se fue para darles tiempo de escoger, el menú era bastante extenso, lo que sobresalía eran los platillo con carne así que pidieron un platillo de cada tipo de carne y unas cervezas, sería algo tranquilo, comerian, platicarian un rato y después cada quien a su casa, lo más normal del mundo o al menos eso pensaba ya que sus juergas podrían volverse eternas aunque fueran deportistas siempre se daban el tiempo para divertirse, al llamar al mesero notaron que estaba bastante ocupado con la otra mesa llevando sake, mirin, cerveza, Soju , Cheongju, carne, aperitivos, dulces tradicionales, parecía que aquellas cuatro personas lo disfrutaban a lo grande, se escucho una ovación por todo lo que había llevado el mesero, no evitó reír por verlos, este recibió unos cuantos aplausos por el esfuerzo, hizo una reverencia y se dirigió a la otra mesa que lo esperaba, al llegar con los chicos, sacó de su delantal una pequeña libreta y una pluma.

- ¿Listos para ordenar? .-

Les sonrió de forma agradable, Musashi lo miró, sonrió de la misma forma y comenzó a dictar todo lo que pedirían, mientras tanto Hiruma de vez en cuando buscaba los ojos de la chica que al parecer hacia lo mismo, ahora estaba más seguro que era Renka, se acomodo en su silla, llamando la atención de Kurita, cual lo miró extrañado y le sonrió de forma socarrona, el rubio lo noto y lo cuestionó de inmediato.

- ¿Que me miras gordo?. -

- Nada, sólo verte buscar la mirada de una chica es raro, pense que solo tenías ojos para el fútbol <en ningún momento perdió su sonrisa hasta su tono era burlon> .-

-Fijate como me hablas maldito gordo no por que seamos amigos quedas exento de mi poder .-

Hiruma sonrió de forma macabra, llamando la atención del camarero, este trago saliba en seco, sabía que sería un día difícil con esa mesa en especial, acabo de anotar todo lo que necesitaba y se retiro hacia la cocina, Musashi les presto atención a sus dos compañeros, negando con la cabeza, estaba seguro que el chico se había asustado, se los hizo notar a los dos, se agacharon de hombros como si no les importara haciendo reír al pateador, así que ellos comenzaron con su propia fiesta, de a poco los insultos aparecieron y las risas. Mientras tanto en la otra mesa seguía bebiendo sin control aquella pequeña reunión había sido en honor de Sayaka ya que había finalizado su servicio en el hospital local con grandes honores, todos en esa mesa estaban orgullosos de ella, cada uno seguía por una senda diferente, Kyoko estudiaba pedagogía, Riku buscaba ser físico-matemático y Renka ser pintora, ramos totalmente diferentes, aún estaban en shock por el regreso de la pelinegra había sido tan inesperado, recibir una conferencia a las 3am hora Japón avisándoles que iría de regreso, ir de un día para otro al aeropuerto por ella, buscarle un hotel, aunque llevara 2 semanas en Japón parecía como el primer día, nunca habían imaginado el cambio de actitud y de estilo, así que les costó un poco adaptarse, nada que no pudieran superar, ya habían experimentado una boda desastrosa esto sería pan comiendo, ahora la misión era encontrarle un departamento o una casa pero eso vendría después, solo querían hacer sentir feliz a la festejada.

La Lucha Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora