... Suerte ...

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De un momento a otro se escucho como se abría la puerta del dojo sin mucho ruido era Sayaka y Kyoko que llevaban unas botellas de agua que les había pedido la capitana, pero al encontrarse aquel espectáculo solo se quedaron paradas observando que pasaría con  aquel bello momento.

Todo el equipo de fútbol americano se encontraba entrenando todo parecía normal a excepción de Sena, que se le veía mas distraído de lo común, quería saber como había acabado el duelo de capitanes así que como pudo se escabullo hacia el dojo donde se encontró en la entrada a las dos chicas y observo la misma escena mítica e imposible, solo no grito por que ambas chicas le taparon la boca, era impresionante, poco a poco los miembros del club se pusieron a buscar al pelicastaño, de poco se fueron reuniendo en el dojo, observando aquel acto de su capitán.

En tanto Hiruma seguía recorriendo con las llemas de sus dedos las mejillas y los labios de la chica, Renka estaba demasiado nerviosa quería abalanzarse hacia a el para besarlo, solo que harqueo un poco la espalda y su cabeza, pero ahi fue que todo acabo, se encontraba en una pesadilla, como paso, cuando llegaron, pero al ver a todo el equipo de americano y a sus dos amigas eso era demasiado para ella, comenzó a recorrer por su cuerpo una ira incontrolable así que con su mano libre tomo la camisa del jugobi del rubio y con toda la fuerza e ira acomulada lo jalo y lo tiro del tatami, todo el publico quedo en shock, era impresionante se escucharon algunos gritos ahogados, mientras tanto la capitana de judo se levantó rápidamente se sacudió el polvo y grito.

 — Todos fuera de mi maldito dojo ...—

Exclamo con furia, todos se quedaron inmóviles sabían que les esperaría un gran lío, pero, al ver como se levanta Hiruma y observaban el aura maligna que emanaba, sabían que les esperaría el mismisimo infierno en carne viva.

— Kekejejejeje que no escucharon a la mocosa ¡ Largo de aquí... Malditos bastardos ! .—

Comenzó a disparar hacia el techo, en un minuto el dojo de nuevo estaba vacío; Renka agacho la cabeza y sonrio de lado.

— Gracias Hiruma sempai ...—

El rubio la volteo a ver y sonrio, bajo del tatami, de inmediato fue a buscar su uniforme, pero antes de salir del dojo volteo a verla.

— Kekekejejeje la próxima vez te ganare, maldita enana .—

— Ni que tuvieras tanta suerte, sempai .—

Sólo se escucho como se cerraba la puerta del dojo mientras la capitana se quedaba parada por unos segundos admirando hacia la puerta para después caer de rodillas por todo lo que había sucedido.

La Lucha Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora