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— Bien chicas Seibu ha aceptado tenerlas en su matricula, aunque el cambio será inmediato así que deben presentarse hoy en la tarde ...—

Hizo una breve pausa para retirar el sudor de su frente.

— Fue un gusto tenerlas en esta escuela y agradezco personalmente el campeonato nacional que le entregaron a Deimon .—

Realizo una reverencia en señal de agradecimiento, las chicas contestaron de la misma forma, las tres sonrieron y salieron de la oficina, el destino les ponía todo en bandeja de plata ahora solo tenían que llegar a Seibu para preparar el nuevo dojo, la pelinegra sabia que todo esté espectáculo estaba cerrado, pero aún así deseaba ver por última vez el rostro del demonio. Kyoko les imploraba que dieran gracias al dojo que les entrego el campeonato, Sayaka fruncio el ceño un poco sabia que tendrían que pasar por el campo de fútbol pero tenia razón no debían ser desagradecidas, la última respuesta la tenia la capitana solo asintió con la cabeza, su corazón latía con mas fuerza de lo usual ambas la tomaron de la mano, pasarían por ese campo apoyándola.

Salieron del edificio, el sol estaba en su apogeo pasaron por el corredor lleno de arboles algunos rayos se colaban por la aberturas entre las ramas y las hojas que un quedaban, Renka noto que el equipo de fútbol estaba entrenando, trago saliva, agacho la cabeza, respiro hondo y sonrio de lado no le enseñaría su debilidad a aquel despreciable rubio. Hiruma se encontraba dando ordenes como era típico de el, había tenido una leve charla con Musashi del encuentro que tubo con la capitana del club de judo, suspiro pesadamente su mente no le dejaba en paz, trataba
de concentrarse al 100% pero no tenia éxito, su mirada se enfoco en el corredor y en una figura en particular, fruncio el ceño un poco pero al final sonrio entendía que esa era la ultima vez que la vería grabo ese rostro en su mente y de nuevo se enfoco en el entrenamiento.

Las tres chicas llegaron al dojo todo parecía como la primera vez que
estuvieron presente en ese pequeño lugar que les entregaron, recordaron como habían pasado un mes entero remodelando aquel simple cascarón que se convertiría en el dojo mas temido y odio en todo Japón, en especial en la región de Kanto, habían logrado quitarle el titulo a Oujo, nunca creyeron que tres personas podían crear tanto pánico en las competencias, Sayaka se acerco a la puerta corrediza y de un solo movimiento la abrio, se encontraron con la típica ráfaga de calor intenso, sonrio de lado agacho todo su cuerpo haciendo una reverencia y grito a todo pulmón.

— Te agradecemos por todos los frutos obtenidos en estos meses y esperamos que sigas cosechando mas .—

Las dos chicas la siguieron e hicieron lo mismo, en vez de sentirse tristes por dejar atrás aquel lugar de tanto éxito deseaban recompensar su gran labor dejándolo como nuevo así que comenzaron con su ultima aportación a Deimon.

La Lucha Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora