... Judo ...

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Se acabaron las clases en Deimon todos salían con prisa, a excepción de los chicos de los clubes, Hiruma se dirigió lo mas pronto posible al club de fútbol, al llegar se encontró con todos los chicos cambiándose.

— Bien malditos mocosos debo cumplir un pendiente así que me iré temprano, pero para quien no entrene como se debe me las va a pagar kekekejejeje .—

Comenzó a disparar al aire como era típico de el, mientras los demás salían corriendo al campo de entrenamiento el único que se quedó fue Sena.

— Hiruma san, buena suerte .—

En ese instante el pelicastaño salió corriendo, el rubio solo chasqueó la lengua y sonrio de lado, sabía que le podría ganar fácilmente o eso es lo que pasaba.

Al estar en frente del dojo inhalo profundamente, no tenia miedo eso era seguro pero había algo que no le cuadraba, como alguien tan frágil podía ser la capitána de un club tan fuerte, abrió la puerta del dojo sin pedir permiso y se encontró con una ráfaga de calor insoportable, de un solo movimiento se quito la chaqueta, pero escucho una pequeña risilla.

— Nenene Hiruma sempai no soportas este calor, decepcionante ...—

De inmediato el rubio se coloco la chaqueta, odiaba que le sobajara pero se vengaría como se debe, sonrio de lado y cerro la puerta de un golpe, se quito los zapatos, estaba a punto de subir al tatami pero antes Renka le habento un judogi de color azul fuerte y un obi blanco.

— Cambiate o de lo contrario no te dejare subir a mi tatami .—

El rubio fruncio el ceño y de inmediato fue a cambiarse a un pequeño cuarto, esto de nuevo lo irritaba, le daba ordenes, le obligaba a usar el uniforme de judo esto ya era mucho pensó, suspiro pesadamente, sabia que no era necesario tanto formalismo de algún modo debía seguir las órdenes de la jefa del dojo, se retiro el uniforme rápidamente al igual la cadena que traía con el símbolo de Deimon, era demasiado valiosa para el, ya con ese símbolo comenzó el nombre del equipo y el sueño de sus dos amigos. La dejo arriba de su uniforme, sonrio de lado y  salió del cuarto y se encontró con una pelinegra con un jugobi color blanco algo ajustado, un jobi negro de primer dan, también llevaba su cabello sujetado en moño y un leve copetillo de lado, maldita mocosa si que me sabes hipnotizar pensó para su adentros, de inmediato la chica noto que lo tenia en sus garras, sonrio de lado.

— Ahora si Hiruma sempai, que comience el juego .—

La Lucha Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora