Conociendo el Santuario

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-¡Hey! - se acercó un paso, pero Caly permaneció inmóvil. -¿Acaso te has dormido?, -vaciló Negan.

-Aún no. -Contestó sin levantar la cabeza, solo escuchaba el sonido de la voz del que fue su mejor amigo. No quería levantar la cabeza, pero debía hacerlo y enfrentarse a el.

-Oye, al menos podrías mirarme. -Se acercó un poco más quedando de pie a pocos metros. Caly lo hizo, levantó ligeramente la cabeza, despacio y mirándole directamente a los ojos con aspecto serio.

-Dios... ¿Caly?, ¿e.. eres tu? - se acercó arrodillándose delante de ella sin tocarla, mirando su cara, su expresión y estudiando todo su cuerpo para ver si la reconocía realmente o si era una ilusión.

-Si, aquí estoy...- seguía seria sin mirarle nada más que a los ojos.

-¡¿Dónde demonios estabas?! - se tapó la cara con las manos frustrado.

-¿Yo?, ¡¿Donde demonios estabas tu?!, ¡desperté sola en un hospital!, -se había levantado sin darse cuenta y quedado de pie ante el. Negan hizo lo mismo despacio y se puso a su altura, aunque obviamente, el era una cabeza más alto que ella. Caly suspiró y se quedaron en silencio, mirándose. Negan rompió el espacio entre ambos y la abrazó con todas sus fuerzas con una de sus manos en su cara y la otra en su espalda. -Creí que estabas muerta.

-Y lo estoy Negan, ya no soy la misma de antes, - se separó un poco dejando algo de espacio entre ellos. Negan la observaba de arriba a abajo. -Estás muy flaca, y tu pelo... está más oscuro a como lo recordaba. ¿Acaso no comes bien? -Se preocupó volviendo a abrazarla. Ella se volvió a separar despacio.

-¿En un apocalipsis zombie?, claro que no como, apenas dos veces al día y cuando encuentro algo para comer. -Le miró a el de arriba a abajo. -Tu sin embargo estás mejor de como te recordaba.

-No te imaginas lo que te he echado de menos Caly. -Esta vez volvió a abrazarla y su abrazo fue correspondido por varios minutos. Así que quedaron un largo rato abrazados y en silencio.



Cuando después de largo rato, Negan y Caly se separaron, ella vió algo al fondo de la habitación.

-¿Qué es eso?, -apenas susurró, pues no le salían las palabras a causa del escalofrío que estaba sintiendo. Negan la observó unos segundos y entendió a que se refería.

-Eso no es nada, solo un arma. -Negan la seguía mirando con las manos sobre sus hombros.

-Para ti es más que un arma. Lo es cuando le pones nombre.

-¿Cómo lo sabes?, - ahora Negan la soltó y dio un paso atrás.

-Los de mi grupo, Shane, nuestro líder, me habló de ti, de tu nombre, de tu bate y de como eras físicamente, por eso estoy aquí. - Dijo ella mirando al suelo y después a Negan.

-¿Ese mismo líder que te abandonó? -entrecerró los ojos.

-Fue mi decisión quedarme y no irme con ellos, -medio mintió Caly, ya que no fue exactamente así, pero como no sabía si podría fiarse de su antiguo amigo, no le iba a decir aún la verdad.

-¿Te quedaste para ver si era yo del que hablaba tu líder Shane?

-Si. -Se volvió a sentar en la silla, cansada.

-¿Estás cansada?, ¿tienes hambre?, ¿quieres... asearte? -Negan se preocupó volviéndose a arrodillar delante de ella poniendo sus manos en las rodillas de ella.

-La verdad es que tengo todo eso encima, pero en realidad vine a hablar contigo de un par de cosas, luego me iré y no me volverás a ver. -Le amenazó en un susurro inclinándose hacia adelante y poniendo sus manos detrás del cuello de Negan.

Rigan (Rick y Negan) y Caly Donde viven las historias. Descúbrelo ahora