La protagonista de la historia acaba en el hospital la noche que todo empieza. A partir de ahí sobrevive con un gran grupo y por el camino se encuentra con gente de su pasado. Vivirá aventuras y tendrá que decidir el bando del grupo en el que querrá...
Partimos de amanecida y tardamos todo el día en viajar. Apenas hicimos dos paradas o tres para cambiar los conductores. Cuando el sol se puso, entrábamos en Los Ángeles. James, conocía muy bien la ciudad y había vivido allí desde los veinte años. Nos dirigimos a una zona segura del puerto, en la que pudimos encerrar las caravanas dentro de unas vallas y así poder pasar la noche. Al día siguiente comenzaríamos la búsqueda de familiares. Habíamos organizado en un mapa donde vivían los familiares, marcados los barrios con rotulador negro. James iría en la caravana junto a las personas que irían a dicho barrio a buscar a sus familiares, mientras, los demás, nos quedaríamos esperando en la zona del puerto hasta el próximo turno.
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Mi caso era el peor, ya que todos los familiares de mis compañeros tenían casa propia, pero Jack no, solo me quedaba ir a buscarlo al hotel en el que se iba a alojar, y con suerte, encontrarlo allí, vivo o muerto. Otra cosa que me atormentaba era buscar a mi abuelo Dave. Tenía casa fija en Las Vegas, pero viajaba por todos los estados en su caravana unos 7 meses al año, así que, no sabría donde estaría ahora. Lo peor que me temía era que estuviese muerto, o fuese una de esas cosas putrefactas. Recuerdo haber hablado con el un par de semanas antes de que todo empezara, y si mal no recuerdo, creo que estaba en Texas.
Al anochecer, llegó la caravana, sin éxito alguno. Mis dos compañeras fueron a sus casas, pero no encontraron nada, la casa vacía y ni rastro de sus padres. Al día siguiente, empezaríamos otra ruta. Concretamente West Hollywood.
Al amanecer, tres personas y James partieron hacia West Hollywood. James había decidido no ir en caravana por Los Ángeles, ya que son bastante pesadas y lentas. Así que se hizo con un coche todo terreno. El hotel de Jack estaba en el centro de Los Ángeles, así que hasta pasadas unas semanas, no me tocaría ir hasta allí con James.
Cuando los cuatro marcharon, me decidí a alejarme a pie por el puerto. Estaba en zona segura, ya que las caravanas se hallaban encerradas dentro de un recinto bastante grande. Aún así llevé mis dagas y la pistola. Caminaba cerca de un montón de containers apilados unos encima de otros, pensando que contendrían cada uno de ellos. Objetos, muebles, coches, comida, juguetes, ropa.... muchas cosas que podríamos necesitar, ahí estaban, ante mis ojos y sin poder abrirlos. Me paré al borde del puerto admirando el amanecer, pensando en mi abuelo, y en Jack. -Ojalá estéis vivos.... por favor, que estén vivos. -Me supliqué a mi misma.
Y entonces lo vi... un yate a la deriva, que parecía navegar con rumbo fijo, hacia donde yo estaba. O tal vez, hacia los containers. Me escondí rápidamente detrás de un coche aparcado allí cerca. Posiblemente me habrán visto, pero por si acaso, quería ver que se disponía a hacer ese yate.
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