Lo bueno de mis amigos era que siempre me apartaban un lugar. Puse mi mochila en la banca.
-Viejo, ¿qué hiciste? Te tardaste mucho- dijo Brad.
-Estaba fumando y una chica se me acercó a hablarme.
-¡Demonios! No sé cómo le haces para tener a tantas chicas detrás de ti.
-La verdad es que yo tampoco.
-Tienes un arma secreta.
-No sé de qué estás hablando.
-¡Vamos viejo! Siempre las chicas se te acercan y tú las ignoras como si realmente no te importara.
-No me gusta que las chicas se me acerquen.
-¿Entonces que te gusta?
Sonreí de oreja a oreja.
-Me gusta acercarme a ellas.
Brad sonrió de oreja a oreja. Alguien entró por la puerta.
-Buenos días jóvenes- dijo el profesor.
Ni tan buenos porque llegó usted.
Brad sacó su libreta y una pluma.
-Buenos días profesor- dijeron todos.
Volteé los ojos. Saqué mi libreta y una pluma. La clase siguió su curso, pero yo solo deseaba irme. Puse atención a las clases. No era matadito, pero tampoco reprobaba. Todos pensaban que mis notas eran porque amenazaba a los nerds para que me hicieran la tarea. ¡Pero no! Yo tengo cerebro. Brad por su parte, sí ponía atención, pero su cara daba a entender que no entendía nada.
No sé cómo no ha reprobado.
Las horas se me hacían tan lentas que casi podía escuchar como se movían las manecillas del reloj. Empecé a mover mis dedos impaciente. Sonó el timbre. Sonreí.
Otro segundo más y juro me hubiera vuelto loco.
Guardé mis cosas. Brad y yo caminamos hasta la cafetería. Nos sentamos como siempre con los de fútbol y basket. Me senté junto a Kayden. Kayden era mi primo (aunque nos enteramos hace cuatro años en una fiesta familiar). Me saludó chocando los puños.
-¡Miren quién llegó! ¡El rey de reyes!- Dijo Adrian.
Adrian era diez centímetros más bajo que yo, rubio de ojos azules, parte del equipo de fútbol, flaco, siempre llevaba camisas de tres cuartos, popular y notas de diez. Volteé a verlo.
-¿A qué se debe el título?
-A que no llevas aquí ni diez minutos y las chicas te desnudan con la mirada. ¿Cómo le haces viejo? Muero por salir con una chica porque con la que salgo ya me aburrió.
Sonreí de oreja a oreja.
-Para empezar... Las chicas les gusta que finjan no tener interés en ellas. Si haces eso seguro tendrás más de diez detrás de ti.
-Eso no es cierto- dijo Shanna.
-¿Podrías no interrumpirme? Estaba dándole un consejo a Adrian.
-Eso no es un consejo. Eso es enseñarle a ser más mujeriego de lo que ya es.
-¿Y si él es feliz así?
-Yo no podría ser feliz viendo sufrir a alguien.
-Si no va a matar a nadie.
-No, pero, ¿tú sabes cómo se sienten las chicas cuando las botas así de la nada? ¿O cómo te ven los demás?
-No tengo tiempo para tus discursos de reflexión. Yo soy feliz como soy, no cambiaré mi forma de pensar por nadie y si no estás de acuerdo puedes irte porque me molesta que critiques cada cosa que hago.
-¡Will!- Exclamó Brad.
-Perdón Brad, pero tú sabes como soy, he soportado mucho a tu novia, pero no voy a aguantar que me esté criticando y tú más que nadie está consciente de eso.
-Es que... -Brad suspiró- si tan solo te dieras una oportunidad para conocer a alguien, te dejaría de molestar. Tienes que ver que es bueno tener compañía con quien pelear, hacer bromas, comer hasta quedar lleno, salir, que te apoye y que te escuche.
-Tú eras mi amigo y en cuanto llegó ella dejamos eso. Dime, ¿cuándo fue la última vez que nos burlamos del panadero porque tartamudeaba? ¿O cuándo llamábamos a la pizzería y le dábamos la dirección de la maestra?
Brad agachó la cabeza.
-¡Basta! -Dijo Shanna dándome una bofetada-, a mí podrás hablarme como quieras, pero a Brad no le hables así. Will, él sigue siendo tu amigo, tal vez no pasen tanto tiempo juntos, pero créeme que él se preocupa mucho por ti.
-Eso no cambia el hecho que ya no hagamos nada juntos.
-Bueno no, pero... -Suspiró- Brad, terminamos.
Abrí los ojos de golpe.
¿Escuché bien?
¿No tendré cerilla en los oídos?Brad alzó la cara. Sus ojos se veían cristalinos (como si se estuviera aguantado llorar).
-Pero Shanna- dijo Brad.
-No Brad. Te dije que lo que menos quiero es causarte problemas con tus amigos.
-Pero Shanna.
-No Brad. Adiós.
Shanna se dio media vuelta y se fue. Yo seguía en shock. Volteé a ver a Brad. Lucía mal. Se podía ver el dolor que le causaba que Shanna lo terminara.
Creo que ahora sí me pasé.
Me levanté de mi lugar. Todos se me quedaron viendo. Los ignoré y me fui.
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Seamos eternos (Completa)
Ficção AdolescenteNunca pensé que podría amarla. Para mí solo era otra cara bonita de la escuela. Ella me interesó como nadie me había interesado. Me daba pautas, pero yo seguía tras de ella como un perro en celo. Alteraba mis sentidos con tan solo hablarme. La sensa...