14.¿Felices XV o extraños XV?

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Adrian nos invitó a los XV de Rachelle (en lo personal sé que se hacen en México, pero ella y sus padres querían hacer la fiesta aquí). Kayla iba conmigo, Brad y Shanna iban juntos (cada vez me caía mejor Shanna) y Kaylee se fue junto con Agnus.

Los padres de Rachelle rentaron un salón en el que cabían al menos unas dos mil personas (sí, era enorme), las paredes eran blancas, había unas ventanas que dejaban ver hacia el jardín, habían varios pasteles (todos de unicornios), las mesas tenían un mantel blanco con dorado en las orillas y todo se me hacía tan femenino.

Me voy a vomitar.

***

Después de las alentadoras palabras de Rachelle (nótese el sarcasmo), todos aplaudieron y fingí sonreír. Admito que la comida estuvo buena (no, no comí mucho). Agnus y Kaylee me sacaban de quicio con sus tontas peleas (parecen niños). Rachelle nos dio su discurso motivacional (casi me duermo, Kayla tuvo que pellizcarme la pierna para que no me durmiera), hizo su vals y ahora todos están muy animados bailando.

Kayla me hizo unas señas para que bailara con ella, negué con la cabeza, volteé a ver a otro lado, Kaylee y Agnus estaban peleando en el jardín.

Ya me aburrí.

Kaylee le dio una cachetada a Agnus.

Eso debió doler.

Agnus se fue sin decirle nada a Kaylee y regresó a donde estaban todos bailando y se acercó a una chica.

¡Ese es mi amigo!

Sonreí. Volteé a ver al jardín. Kaylee se estaba besando con una chica.

¡Kaylee es lesbiana?

***

Al terminar la fiesta llevé a mis amigos a sus casas (porque apestaban a alcohol y ni siquiera podían mantenerse en pie, incluso Kayla casi se besa con un chico, pero le dijo que todos nos iríamos y la llevé hasta mi camioneta), primero fui a dejar a Brad, luego a Shanna, luego a Kayla, luego a Agnus (ese fue más difícil porque no se podía mantener en pie ni dos segundos) y ahora llevaba a Kaylee a su casa, Adrian dijo que se iría con los padres de Rachelle.

-Ya llegamos- dije.

-Entra conmigo- dijo Kaylee.

-No, ahora vamos, te ayudaré a entrar.

-Aburrido.

Abrí la puerta y cargué a Kaylee en mis brazos.

>>¡Wii! ¡Soy una princesa!

-Una princesa no es tan escandalosa, guarda silencio, tus vecinos están durmiendo.

-Aburrido.

Llegamos hasta la puerta de su casa.

-¿Tienes tus llaves?

-No.

-¿Dónde están?

Señaló su blusa.

-Aquí dentro, si lo quieres, sácalo.

-La única que necesita sus llaves eres tú, si quiero puedo dejarte aquí, pero no lo haré por mi amigo.

-Bájame.

La solté y cayó al suelo, se sobó la cabeza.

>>¡Animal!

-Me dijiste que te bajara.

-¿Ahora si muy obediente no?

-Sí.

-¡Estoy harta de ti! ¡Harta de tener sentimientos por alguien tan idiota como tú! ¡Vete de mi vida! ¡No te...

La abracé. Tardó unos segundos en corresponder el abrazo. Hice un movimiento, saqué las llaves y me aparté. Abrí la puerta, le hice una seña para que guardara silencio, la cargué, llegué hasta su cuarto, la dejé en su cama y salí de la casa.

Seamos eternos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora