Encre, un trabajador común, habitante de un pequeño pueblo el cual estaba perdido en medio de un inmenso bosque denso, aparentemente, carente de vida alguna, portador de un clima frío inquietante, cubierta por una manta blanquecina que solo los pinos más grandes podía atravesar, árboles enormes e imponentes que se extendían a lo largo y ancho de aquellas frías tierras.
El pueblo no era más que un claro ejemplo de la palabra "escueta". No tenía ni las más grandes casas y apenas portaba una diminuta plaza, siendo esto lo único resaltante de todo el lugar. Sus casas descuidadas, opacas, sin vida, claramente añejas, con musgo trepando por las esquinas.
Aquel lugar no era el típico sitio acogedor de colores enérgicos y buena vibra, no, por supuesto que no, dichas palabras eran ciertamente desconocidas para sus habitantes y para el propio pueblo. El lugar llegaba a veces a ser tan frío, que ni el sol lo podía abrigar, tan solo hacía muy mínima diferencia en el aire que se respiraba, para nada la gran cosa. Cuando tenían un poco de suerte, lograban recolectar la suficiente comida para abastecer a todo el poblado, lográndose mantener durante todo un mes con lo que tenían. En algunos casos, cuando la tierra no les favorecía con los alimentos necesarios pasaban días, incluso semanas sin comer. A veces, el clima llegaba a ser bastante cruel, las lluvias constantes y fuertes hacía que las plantas en cosecha se pudrieran y echarán a perder, y cuando éste ataca con intensidad, se llevaba consigo una que otra casa. El frío provocaba que las plantas no emergieran de la tierra, dejándolos en hambruna con un par de enfermedades como recordatorio de lo poderoso que es, enfermedades que llevaban a varios a la muerte, incluso una simple gripe podría ser el fin. Apenas tenían comida, sería todo un privilegio tener medicinas.
Los habitantes de aquel lugar tenían un carácter peculiar, era de esperarse, ¿cómo ser feliz a sabiendas de que eres comida y que, probablemente, mueras la siguiente semana a causa de alguna enfermedad o por falta de alimento? Lo único importante era sobrevivir como fuese. Ser alegre era considerado casi como un don especial. Y cuando el sol les sonreía trataban de "disfrutar" y aprovechar al máximo su luz, esta era su salvación, fuente de vida y protección.
La noche era la menos bienvenida, cuando esta aparecía el peligro acechaba, literalmente, cada esquina. Todo era diferente, temerosos, siempre atentos, alertas a cualquier ruido pues temían por sus vidas. No tenían ninguna clase de protección a excepción del agua bendita y una pequeña casa que tenía el papel de ser una especie de iglesia. No había mucha gente como para formar un sistema de protección más efectivo como una guardia, además, tampoco es como si estos fueran muy valientes, no habían muchos hombres, y perderlos sería lo equivalente a perder "mano de obra fuerte".
Ellos llevaban sobre sus hombros un constante temor pues vivían bajo el régimen de vampiros, si, vampiros, aquellos seres desalmados autoproclamados "caballeros de la noche". Estos gobernaban sobre aquel pueblo desde hace ya varios años, años llenos de pena, desgracia, miseria y situaciones precarias. Aunque, para ser honestos, había un solo gobernador, los demás solo eran simples vasallos respetados por los habitantes por ser solamente vampiros. Al que realmente había que temer era el verdadero gobernador de todas esas tierras.
Fallacy
Una vez al mes el "rey" vampiro pide un sacrificio a cambio, ni él ni sus vasallos atacarian el pueblo, era un trato justo para ambos bandos, o eso es lo que decía. Pese a que los pueblerinos cumplían, los vampiros continuaban atacando de vez en cuando al pueblo, secuestrando a sus habitantes sin importarles la edad o el género, devorando a cualquier pobre alma que tenga la mala suerte de encontrarse con uno de ellos, ya sea de día o de noche, simplemente no importaba. Y lo más estúpido era que los pueblerinos aún continuaban sacrificando a uno de los suyos cada mes.
Aquel pueblo vivía una situación inestable y problemática, pero. . .
Todo tiene su punto límite, su punto de quiebre.
Y eso estaba más que claro, tarde o temprano alguien tomaría cartas sobre el asunto y esto traería grandes cambios.
Existen decisiones y situaciones que, hasta el ser más despiadado puede hacer que cambie. Toda persona y monstruo tiene un punto centro, un punto débil, esto puede ser usado tanto a favor como en contra. Ciertamente algo que puede causar algunos problemas, todo depende de la persona o monstruo y de cómo lo utilice, puede ser tanto negativa como positiva. Esto llega a ser a veces una problemática
"un poco de amor no hace daño"
O eso es lo que suelen decir, ¿quien sabe? A veces este suele ser nuestro mayor destructor, tanto de nuestra estabilidad emocional como de nuestra condición. A veces este puede llegar a ser cruel e injusto, pero en otras ocasiones, puede llegar a ser un conductor hacia el cambio, no todo es malo, o eso es lo que algunos prefieren pensar.
"Lo único cierto de la vida, es que este es incierto"
En este mundo caótico, todo puede suceder. Para este mundo, tú puedes morir como un cordero entre los lobos.
"la vida está llena de sorpresas"
Fallacy se llevará varias de estas, y no solo él, sino también aquel albino que, en el momento menos esperado, su vida tomará un giro de ciento ochenta grados, y esto se volverá aún más caótico cuando este descubra una cruda verdad.
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Corazón de tinta || FallacyxEncre
Разное- La vida está llena de sorpresas, algunas más grandes que otras, llena de sentimientos extraños o curiosos como el amor. Amor. Una palabra que al parecer no se encontraba en el vocabulario del azabache. Fallacy, vampiro temido y odiado por varios...