Corazón de tinta || FallacyxEncre

CAP. 27

"la vida está llena de sorpresas", a escuchado varias veces aquella frase, pero jamás pensó que se llevaría una tan grata como la que tuvo en aquella gran casa, no quería darle muchas vueltas al asunto, mas no podía evitarlo, era su apellido el que estaba en uno de los cuadros de, aparentemente, una de las familias fundadoras de aquel lugar, dando esto como resultado a que tienen un gran poder, pero como lo pensó con anterioridad, no es extraño que los apellidos se repitan y no tengan ningún lazo sanguíneo en común, era más que pura coincidencia, ¿quien sabe?, podría haber alguien mas en algun otro pais o en algún mundo con su mismo apellido, eran cosas que pasaban en la vida cotidiana.

divagaba en su mente, había perdido el hilo de lo que estaba pensando en un inicio y comenzó a meditar sobre cosas fuera de lugar, ¿vida en otros lugares?, ¿vidas paralelas?, no eran más que puras tonterías sin sentido que no valían pensar según Encre, más ya las había pensado, que ironia. No sabia como, pero ya había salido de la casa e incluso estaba cerca de un carruaje esperando a que Fibi acomode los papeles dentro del mismo para luego el colocar los libros en algún sitio de igual forma.

—  « ¡Vamos, concéntrate!, que aún no eres un prisionero, ¡eres un sirviente! » — se regañó así mismo mentalmente, aunque lo de 'prisionero' lo había dicho sin pensarlo concretamente, simplemente solto sus palabras en su mente.

Una vez terminaron de acomodar todo dentro del carruaje, inesperadamente vieron a un par más de carruajes llegar cerca de ellos. mas solo eran carruajes vacíos.

—  « extraño » — dijo Fibi observando a los caballos, mas no le dio mucha importancia

escucharon a su señor decir que estaban a punto de marcharse, sin más, se acercaron al azabache, quien parecía estar más serio de lo habitual, se colocaron detrás de él y simplemente observaron cómo un par de empleados hacían una reverencia a las afueras del lugar en señal de despedida; curioso, como casi siempre, alzó su vista hacia una de las ventanas del lugar, logró ver a una mujer de perfil, se veía elegante, más no recordaba haberla visto en alguno de los cuadros, bueno, tampoco es como si su memoria sea la mejor. Y continuaron con su camino, Fallacy se subió a su respectivo carruaje, mientras que Fibi y Encre en el mismo en el cual habían llegado, sintieron como el carruaje se empezaba a movilizar, la castaña, siendo guiada por su curiosidad, sacó su cabeza, de forma discreta por temor a reprimendas, por una de las ventanas del lugar mirando hacia atrás, logró divisar como los carruajes vacíos los siguian, fue ahí donde se introdujo de nuevo en el lugar emocionada soltando una risilla alegre.

—  ¿por qué la sonrisa? —  pregunto Encre sin entender muy bien lo que estaba sucediendo, sobre todo por la reacción de la menor.

—  oh Encre,¡ya lo verá con sus propios ojos! —  soltó risueña

—  al parecer es algo muy bueno a juzgar por su expresión —  afirmó siendo contagiado de a poco por la alegría de la contraria a pesar de no saber la razón por la cual, de cierta forma, celebraban

—  se vienen grandes cambios —  aseguró la menor un poco más calmada aun manteniendo su sonrisa; simplemente confiaría en sus palabras.

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la tarde se hacía presente poco a poco, eran alrededor de las cuatro del medio día, el cielo portaba colores amarillentos junto con anaranjados como último regalo del día de parte del sol, Fibi miraba por un lado de la ventana tranquila, como si anduviera perdida en sus propios pensamientos, el albino al ver esto la dejo tranquila, después de todo cada uno necesita su propio momento; de igual manera miro por la ventana que estaba a su lado, la tarde era más que preciosa, sobre todo para alguien que no ha logrado apreciar estos escenarios después de un largo tiempo de encierro, era más que agradable volver a sentir tal ambiente cálido y relajante, en un inicio, cuando emprendieron su camino, se concentraron más en la plática que en el ambiente, pero ahora era diferente, y la verdad, no era nada desagradable el silencio.