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Aurora

—¿Por qué vienes aquí?—pregunta con repudio. Conociéndolo, sabría que esa es su forma de hablarme.
—Por qué quiero hacerlo. Quise venir a verte—encogí los hombros. Se me formaban repentinamente nudos en la garganta.
—Tu hermano no parece muy tranquilo con esto—mira detrás de mi persona. Mi hermano está lejos de nosotros pero vigilándonos, como si los guardias no fueran ya suficientes.

—Ignóralo—le digo, tratando de llamar su atención pero sigue con la vista a mi hermano—. Ignoralo, ¿Quieres? Ya tuviste demasiado creo yo.

—Aquí no está tan mal siempre y cuando esté alejado de ti—
—Se nota que me echas de menos—digo con sarcasmo.
—¿Eso crees?—pregunta de la misma manera.
—Si, eso creo.

—¿Por qué no te quitas el abrigo? Volviste a ponerte tanta ropa otra vez.
—Hace frío, y está lloviendo afuera—respondí con rapidez, volví a acomodarme el abrigo.
— Estas mintiendo.
—No estoy mintiendo, enserio llueve afuera, ¡Solo mira! Tengo gotas de lluvia en mi ropa.

—Si no te has dado cuenta... estamos bajo techo.
—No me quitaré el abrigo, tú no entiendes.
—He estado contigo por meses, entiendo como manejas todo por tu cabeza, y aun así te he tolerado. Si no me quieres demostrar, entonces solo dimelo.

—Si te lo digo... no podrás hacer mucho.
—Eso esta bastante claro—me mira con obviedad—Eres una niña tonta...
—Yo no soy la que está en la carcel.

Empezó a mirarme con enojo. A él le fastidiaba que yo lo dejara sin palabras, pensaba muy bien en lo que iba a decir y más cuando se trataba de Kevin.

🏹🏹🏹

Kevin

Los días en la escuela son tan aburridos, sin emoción, y con una rutina bastante aburrido y repetitivo. Algún día cambiare eso. Tal vez.

En el almuerzo, estaba solo, y no me molestaba, me deleitaba el no tener a Aurora a mi lado. Cuando la pesadilla estaba por acercarse a mi lugar, cambio de opinión y se fue a otro asiento, como si leyera mi mente.

Mientras comía, pude ver desde lejos como revolvía su comida con el tenedor de plástico. Miraba su comida con tristeza y fijamente. De vez en cuando levantaba su vista hacia a mi y hacia una mueca para evitar llorar o hacer un puchero.

¿Le hice algo malo?

No tengo remordimiento ni nada y eso ella no lo lograra.

De repente un chico se le acercó a ella, sentándose a su lado. El tipo trato de hablarle con otra estupida  sonrisa en la cara. Aurora solo lo miraba y no hablaba solo hacía señas de Si y no con movimientos de cabeza.

Cuando el tipo se fue con una decepción reflejada en el rostro, Aurora tomó un sorbo de su jugo e hizo como si nada hubiera pasado.

Después se levanto de la mesa, y tiro toda la comida a la basura. Si ella no comería nada, no entiendo por qué gasta dinero en eso. Es tan idiota.

Ya no la volví a ver. Y eso me alegraba en cierto modo, pero por otro lado, temía que ya no me hiciera caso y dejara de ser mi sumisa.

Tal vez debería de ser algo "amable" con ella. Aunque no me agrade en lo absoluto hacer eso, ha sido de gran ayuda estos días.

Cuando la salí de la escuela, me la tope por el camino. Frente a frente, ella se mordió el labio pensando en que decir. Yo no tenia intención de decirle algo.

—Lamentó si te deje solo en los comedores, creía que necesitabas algo de espacio y... privacidad—me dice. Miro al suelo y de reojo me miro a mi. Esperando una respuesta, al darse cuenta que no iba a decir nada, prosiguió hablando—. Te veo después, si quieres—murmuro lo último.

Aurora intentó pasar por mi lado izquierdo, la detuve sujetándola del brazo, ella me miraba con mucha atención cuando la coloqué al frente de mi. Respire hondo y rodee su cuello con mis brazos, ella no reaccionó más que para preguntarme.

—Kevin, ¿Te sientes bien?—dudó.

Después de unos segundos, ella rodeó parte de mi cintura, sobando con la palma de su mano mi espalda.

—No eres tan malo después de todo—comenta entre pequeñas risas de broma.

—Eres la única persona con la que me he relacionado—. Le digo.

—Eso lo he notado perfectamente—. Me separo de ella y veo como me sonríe solo con los labios. Ahora que la veo mucho mejor, no es fea, es bonita pero sigue siendo igual de tonta.

—Te devolveré tu ropa más tarde si tú quieres—me dice como sugerencia.

—Quédatelo, ni si quiera me gusta lo que te di.

—De acuerdo.

—Ven a mi casa en una hora—le dije. Y empecé caminar dejándola atrás.

—¿Para que?—pregunta ella alzando la voz por la distancia.

—¡Solo hazlo!—exclame.

Llegue a mi casa, solo salude a mi papá quien estaba en la sala, mamá no me dirigió la palabra cuando entre con prisa a mi habitación. Lancé mi mochila al suelo, y me cambie de camisa azul con rayas negras.

Después de media hora alistando las cosas de arquería, solo quedaba esperar a Aurora. Baje por las escaleras con las flechas y el arco. Salí al patio trasero para alistar todo. Mientras revisaba una de mis flechas, escuché pasos a mis espaldas.

Me giré sobre mis talones y era Aurora viniendo al lado de mi papa, ahora ella estaba vestida de diferente manera a la que fue a la escuela. Tenía un suéter rosa y pantalones blancos. Era la misma Aurora que yo conocí el primer día.

—Los dejare solos—dice papá. Mientras se iba.
—Gracias señor—le dice, con una media sonrisa ahora dirigida a mi—.¿Vas a pedirme que recoja las flechas?—pregunta con tono suave. No parece molesta en lo absoluto.

—No... ¿Tu mano cómo está?—le preguntó, ella levanta la mano vendada exhibiéndomela como un bonito recuerdo.

—He aprendido a soportar el dolor cuando me cae jabón en la cortada, pero aun así esta evolucionando bien.

Mire a una de las ventanas de la casa, mi mamá estaba espiándonos. Cuando le dirigí la mirada, ella se apartó de la ventana.

—Entonces... ¿Querías mostrarme algo?—Aurora me llama la atencion. Yo asiento y el arco que sujetaba con mi mano se lo tendí.

—Te enseñaré a disparar flechas.

—Es una broma, ¿cierto?—niego moviendo la cabeza. Ella trata de tomar el arco, como si tuviera miedo del arco.

—Mejor hagamos otra cosa—le digo. Me coloqué detrás de ella y coloqué el arco en frente de ambos—. Toma mis manos, como si sostuvieras el arco— ella es más pequeña que yo, pero no se me dificultaba.

El olor de su cabello entraba por mis fosas nasales, ese olor era el mismo de ayer cuando hicimos eso. No pude evitar recordar, quisiera volverlo a vivir.




Soy como tú. (Kevin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora