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Mientras sus compañeros acababan con los guardias que quedaban Robin trataba de hacer recordar a Raven.

—Escuchame... Eres la hija de un demonio ínter dimensional, un destructor de mundos...—Sujetaba su cara con ambas manos mientras hablaba pegado a ella—Tus poderes son controlados solo si tus emociones están estables... Rachel tienes que recordar... Por favor.

—...

—Formas parte de lo Titanes... Eres una heroína...

—...

—Luchamos a diario con...

—La sangre...—alzó la mano y tocó la mejilla de Damian.—...tú los decapitabas...
Lo recuerdo.

La abrazó y la besó con ansia.

—Te amo Rachel... Te amo y nunca más me voy a alejar de ti. Te lo prometo.

Aislado de todo lo que lo rodeaba no vio venir una de las balas, atravesando ésta tanto su costado como el abdomen de la chica.

El dolor era insoportable pero aun era peor ver como ella no respondía a los gritos.

—...no por favor... No... Mirame, Rachel aguanta. Te voy a sacar de aquí.—introdujo una mano dentro de la capa que la cubría y presionó la herida.

—¿Ni siquiera así te vas a despedir Damian ...?—su voz apenas logró murmurar, de no ser por la cercanía no la habría escuchado.

—No me voy a despedir  porque vamos a salir juntos de esta. Te voy a sacar de aquí.

Ella no pudo ni siquiera contestar...

Desesperado la sacudió con fuerza, viendo como el color violeta de sus ojos volvía en el último aliento de vida...

—¡NO!... —Gritó entre lágrimas.

La rabia y el odio acabaron por desbordarlo cuando escuchó la voz de Deathstroke detrás de él.

—Tú también vas a morir chico maravilla.

Abrazó el cuerpo inerte de Raven y la beso con rabia y desespero. Ya no le importaba hacerle daño, ya no le importaba nada.

—Mi amada Rachel...tengo algo que hacer, pero en un momento te alcanzo.—Con cuidado la tumbó.

Cuando se volvió tambaleandose se dio cuenta de que una cúpula violeta los separaba del resto de sus compañeros.

Dentro de ésta Deathstroke junto a la mujer que absorbía poderes lo esperaban para acabar con él.

—Sabes, con lo deconsolado que estoy me importa poco morir... Pero no me da la gana hacerlo antes de acabar contigo...

—Ni siquiera me va a hacer falta luchar, la herida te matará antes.

—Entonces volveré desde el infierno y lo haré.

Mientras los dos comenzaban una lucha a muerte los demás intentaban romper el escudo.

Un gran estruendo los sobrecogió. Fuera de allí algo muy malo estaba pasando.




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