Capitulo 3

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Había llamado el día anterior a Sakurai para informarse de como llegar al lugar de la entrevista, grande fue su sorpresa al enterarse de que sería en la misma residencia. No creyó que conocería aquel lugar tan rápido.

Para llegar allí tendría que ir a tren como tres horas, porque la residencia se encontraba por las afueras de la ciudad vecina. No podía llegar allí solo en tren, a causa de que el tren solo iba hasta el centro de la ciudad. Tuvieron que ir a buscarlo en un auto negro que incluía chofer, lo que para Kouki era una exageración. Permaneció viajando en auto por otra una hora, no tenía problema con ello, pero le asustaba el hecho de que en todo el trayecto solo hubiera bosque y más bosque, por no agregar que el chofer en ningún momento le dirigió la palabra. No había señal de vida en esa zona, no entendía cómo era posible que siquiera una persona viviera allí.

Poco después divisó el lugar donde trabajaban Sakurai y Takao, y con suerte, él en un futuro. Lo que le sorprendió de sobremanera fue la extención exagerada de la casa y el territorio que ocupaba. Solo podía ver la entrada pero estaba seguro que desde allí ya era demasiado.

Estaba impresionado por el lugar, poseía un hermoso jardín, bellas decoraciones exteriores y todo era iluminado por el sol de la tarde. Ahora entendía porque pagaban tal suma a sus empleados, no podía imaginar la cantidad de trabajo que debían tener.

Luego de entrar completamente al lugar, que duró unos cinco minutos a causa de la extensión del jardín, pudo bajarse. Al salir un increíble olor a flores inundó sus fosas nasales, también el olor a tarta dulce, el ambiente se le hizo muy familiar. La tranquilidad lo invadió y por un momento olvidó sus nervios y el porqué estaba allí.

Pero no duró mucho, ya que como rayo que cae al suelo en un instante, todo ese sentimiento de familiaridad desapareció. El aire se sintió frío y seco, el lugar parecía haber agarrado un color totalmente diferente, dejando toda el área aparentemente sin vida. El miedo atrapó su cuerpo, haciendo que quisiese salir corriendo.

—¡Furihata-san! — Repentinamente sintió el abrazo de Ryo que se había abalanzado sobre él. No se percató cuando fue que el contrario llegó, pero ese abrazo hizo que el lugar drásticamente volviera a tener color — ¡Me alegra mucho que haya llegado! ¡Estuve esperándolo todo el día!

—Gracias... supongo — Respondió aún aturdido por las reacciones que habían causado en él el cambio drástico del lugar.

—¡Furi-chan! —Esta vez el abrazo había sido por parte del pelinegro — ¡Al fin llegaste! Saku-chan estuvo molestándome todo el día por lo ansioso que estaba de que llegarás — Mencionó.

—Entonces estoy feliz de haber llegado —Sonrió.

Mientras hablaba de como fue su trayecto para llegar allí, ambos residentes lo condujeron a la parte derecha de la mansión donde se extendía un jardín lleno de flores de diferentes colores. Al llegar a un punto pudo percatarse de que más adelante habían más dos personas que al parecer estaban cuidando del lugar. Llegaron hasta aquellas personas y Furihata nuevamente sintió un frío en su estomago al estar frente a desconocidos.

—¡Hey chicos! Esta es la persona de quién les hablé  — Ambos jóvenes voltearon a verlo, dejándolo avergonzado por la atención que recibía.

—Vaya, al fin te conocemos. Sakurai no paraba de hablar de ti el día entero — Habló uno de ellos.

—¡Eso no es cierto! — Reprochó el castaño.

Kouki se fijó en el primero que había hablado, era realmente alto, tenía un cuerpo bien estructurado, llevaba los ojos y cabellos de un rojo oscuro y unas cejas muy extrañas a su parecer. Eso le daba una apariencia más bien abrumadora que llegaba a intimidarlo.

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