Divagaba por el bosque sin rumbo alguno, solo siguiendo el camino de luciérnagas. Hasta cierto punto todo le pareció perfecto, hasta que, sin explicación alguna el bosque a su alrededor fue abrasado por llamas enormes, estos acababan con los árboles en cuestión de minutos. Estaba rodeado, sin salida y con el calor aumentando veía su fin muy cerca. Ya no lograba respirar a causa del humo y se debilitaba a cada minuto. Moriría, eso era seguro.
De golpe despertó, jadeante y aturdido, se deparo con el techo frente a él, para luego comenzar a pensar razonablemente en lo que había ocurrido. En ese momento se encontraba en el dormitorio para chicos, después de haber cenado y duchado se ubicó allí como todos los demás con el propósito de conciliar el sueño. Respiro profundamente y se tranquilizó, era solamente una pesadilla. Aunque de algo estaba seguro, dormir nuevamente seria tarea difícil con aquellas imágenes presentes en su cabeza.
Se irguió de a poco hasta quedar sentado en la cama y comenzó a observar a los que dormían plácidamente sin ninguna molestia. Como eran seis chicos, las camas estaban ubicadas unas enfrente de otras en grupos de tres. Frente suyo se encontraban Kasamatsu, Himuro y Kagami, durmiendo lo más tranquilo posible; luego observo a su izquierda, justo a su lado dormía Sakurai quien estaba tapado desde los pies hasta la cabeza con el cobertor, luego al lado del mismo se encontraba un Takao que dormía de manera que ocupaba toda la cama.
Todo se encontraba bien, hasta que Furihata finalmente se percató de la sombra al lado de la cama de Kazunari. La sombra estaba allí sin emitir ninguna señal de movimiento y simplemente observaba al pelinegro. Al castaño se le heló la sangre, no sabía que era lo que se suponía debía hacer, así que, sin pensarlo demasiado, se levantó de la cama con la intención de despertar a los demás y advertirlos de lo que veía, tal acción provoco que la sombra se fijara en el por una milésima de segundo para luego espumarse en las sombras.
El castaño quedó paralizado por un momento, sin comprender como aquello era posible, pero luego la parálisis fue sustituida por el pánico huyendo de la habitación totalmente despavorido. La mansión era claramente enorme y sus pasillos se parecían demasiado como para saber a dónde exactamente se dirigía, claro que esa no fue su primera opción. Furihata pensó en despertar a alguno de los otros chicos para relatarles lo sucedido, pero estaba seguro que lo tomarían por una pesadilla o simple cobardía del menor por estar en un nuevo lugar. Cundo sus piernas no pudieron más, se detuvo jadeante de correr sin rumbo. Kouki se encontraba en un pasillo en el cual estaba seguro nunca haber visto.
"¿Y ahora qué?"
Por un momento al castaño se le paso por la mente la idea de que si se quedaba quieto la sombra podría volver a por él. Con eso en mente corrió nuevamente, esta vez deteniéndose frente a una de las primeras puertas que encontró, entro en ella como si su vida dependiera de ello.
—¿Furi-san? — La mención de su nombre por poco no acababa de matarlo. Volteo lentamente para encontrarse con Ryo vestido con un delantal y sujetando una cuchara empapada en chantillí — ¿Furi-san se encuentra bien?
Poco a poco volvió en sí, en ello el castaño se percató de que se encontraba en la cocina de la residencia que era, como todo lo demás, absurdamente grande. Claramente no tenía idea de cómo llego, pero estaba feliz de haber encontrado a alguien.
—Ah... Si estoy bien Sakurai-san, no te preocupes... — Sonrió los más natural que pudo.
—Entonces, puedo preguntar, ¿qué haces aquí? — Sería suficiente decir que Furihata entró en pánico ya que no lograba crear en su cabeza una respuesta que no fuese descabellada. Impulsado por sus nervios, en vez de contestar, contraataco.
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SERES
FanfictionEn un mundo lleno de Seres mitológicos, nuestros protagonistas se ven enfrentados a defender su territorio para sobrevivir. Todo comienza con un preocupado Furihata, que no tiene más opción que acudir a la residencia de estos Seres para poder sosten...