Capítulo 11

1.3K 201 46
                                    


Su cuerpo estaba totalmente abatido, y como no, luego de limpiar aquellas enormes habitaciones de milímetro a milímetro no pudo resistir en caer medio muerto, no estaba acostumbrado. Para complementar, su compañero fue el que hizo que todo fuera rápido, porque si dependiera de sí mismo, nunca habría acabado para el fin del día. Al castaño no le cabía en la cabeza cómo el mayor, antes de que llegara, podía limpiar todo él solo. Agregándole también el hecho de que estaba presente cuando sus jefes intercambiaron de turno sintiendo, lo que concluyó que sería siempre, la clásica tensión entre todos en esos momentos.

Para su suerte, luego de cenar, fue a la biblioteca y se apoderó del que sería su primer libro. Aunque le costó elegir entre tanta variedad, al final eligió "Pajaro solitario" un libro que abarcaba la poesía como redacción de la trama; el libro era innovador y lo había atrapado en la primera página, pocos lo lograban. Esa noche decidió quedarse en la biblioteca con una pequeña lámpara encendida para de esa manera seguir disfrutando de cada palabra que emanaban las páginas. En cierto momento Kasamatsu pasó por allí advirtiendo al castaño que ya era hora de fuesen todos a descansar, pero contra el pequeño puchero realizado de manera intencional por el menor, Yukio no tuvo de otra que dejarlo seguir con la simple advertencia de que no quedara hasta muy tarde.

Sin embargo, con lo que no contaban ambos es que el castaño lograría leer todas las 215 páginas del libro en esa misma noche.



(...)



—Furihata-kun. — Llamó, pero no recibió respuesta alguna. — Furihata-kun. — Nuevamente sin respuesta.

En eso, el más bajo decidió tomar medidas. Sin mucho esfuerzo empujó la silla en la que se encontraba el castaño cayendo estrepitosamente al suelo, logrando que al fin este se despertara.

—Buenos días Furihata-kun. — Luego de recuperarse del dolor y susto inicial, se sobó la cabeza y observó al peliceleste, quien poseía su clásico rostro. — Kasamatsu-san y los demás lo están procurando, principalmente Kasamatsu-san.

—¿Por qué lo harían? — Lentamente fue irguiéndose de paso levantando la silla y el libro que la noche anterior lo habían acomodado.

—Tal vez porque son más de las 8 y usted no daba señal de vida, además de que se perdió el desayuno, el cambio de turno y ya todos han comenzado sus quehaceres. — Luego de la información que proporcionó el menor, Kouki reaccionó.

—¡¿Por qué no me ha despertado antes, Kuroko-sama?!

—Te veías lindo durmiendo. — Soltó, causando un leve sonrojo en el castaño.

"No tiene caso discutir esto ahora..."

De manera apresurada y torpe tras la declaración de su superior, Kouki salió corriendo de la biblioteca en busca de Yukio.



(...)



—Creí haberte dicho que no te quedaras hasta tarde. — Mencionó severamente.

—¡Realmente lo siento! — Exclamó inclinándose hacia el pelinegro.

—Realmente no importa si lo sientes o no, — Aquello entristeció al menor, no lo había hecho apropósito. — ahora mismo solo necesito que comencemos a limpiar las habitaciones, además de que hoy se suma el deposito. — Sin decir nada más, Yukio emprendió su camino en dirección a las habitaciones mientras era seguido por un cabizbajo Furihata.

SERESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora