Capítulo 20

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El tiempo fue pasando.

Catalina estaba cada vez más ansiosa por el encuentro con Max, un encuentro del que parecía estar dudando día tras día. No era que no quisiera verlo, sino todo lo contrario, quería conocerlo, hablar con él y que no fuera por medio de una pantalla. La desconfianza estaba decayendo cada vez más, él se estaba encargando de eso.

Sus conversaciones le daban tranquilidad ya que siempre la distraían de la escuela y de los problemas en su casa. Max era cómo una especie de refugio para Catalina. Y aunque sus charlas siempre eran de cosas random y conversaciones sin sentido, hacían que de cierta forma tuvieran efecto en ella.

Maximiliano era un chico que cuando no estaba actuando como un idiota, era agradable, a Catalina le gustaba cuando hacían videollamadas, el hecho de verlo siempre tan sonriente le gustaba, le transmitía una buena vibra y le hacía sentir bien.

Semanas atrás cuando en una de sus tantas conversaciones él le dijo que la amaba, Catalina sintió mariposas en el estómago, pero no se lo tomó enserio, pues como Max le había dicho antes: las cosas que él dijeran eran para molestar. Y así se lo dejó claro cuando Catalina le respondió que estaba loco y él le dijo que burlarse de ella era divertido. Se molestó en ese momento, dejó de escribirle, no le gustaba la idea de qué él la viera como una burla para pasar el rato. Pero luego su enojo no duró mucho, Max le escribió y supo que tenían una razón para no perder el contacto, y era que en poco tiempo podrían tener la oportunidad de conocerse.

Y para eso ya faltaba poco más de una semana.

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