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Capítulo 45

Al día siguiente Catalina despertó por alguien llamando a su puerta, suspiró cansadamente sin ánimos para levantarse. Pero el toque se detuvo para dar paso a Andrea y Melani quienes entraron a su habitación como si fuese de ellas.

—Tu madre nos dejó pasar.

Eso hizo que se acordará de la noche anterior. Cuando llegó encontró a sus padres esperándola, ella empezó a disculparse diciendo que se le había pasado el tiempo con sus amigas viendo películas, aún así no se salvó del regaño.

—¿Algo que quieras decirnos? —cuestionó Melani acercándose a la cama para halar la sabana.

A ninguna le importó que quedara a la deriva con el frío que tenía, pero lograron lo que querían porque Catalina se enderezó de golpe quitándole la colcha a su amiga para volver a arroparse.

—No tengo nada que decir —murmulló pasándose las manos por la cara.

—Tu madre nos acaba de decir que deberíamos avisarle para la próxima que decidamos estar juntas hasta tarde —empezó Andrea mirándola interrogante.

—Y nosotras llevamos días sin saber de ti. Es obvio que estás viendo a alguien y le dices a tus padres que sales con nosotras.

Catalina miró a sus amigas que la miraban con reproche esperando respuestas.

—Esta bien, les contaré —suspiró resignada.

Y rato después sus amigas la estaban atacando con preguntas: ¿Cómo es? ¿Qué hace? ¿Edad? ¿Es guapo? ¿Ya lo han hecho? Catalina no pensó que decirle la verdad a sus amigas le hiciera sentir tan bien, al fin tenía con quién hablar del tema, hablar de Max. Ellas se preocuparon al principio pero luego empezaron a relajarse y se emocionaron más cuando ella les contó todo también emocionada. Querían conocerlo, pero Catalina no quiso, no por celos ni nada, sólo no quería que Max se involucrara más en su vida personal, no cuando en menos de dos semanas se iría, si quizás siguieran juntos con el pasar del tiempo lo presentaría a sus amigas y padres. Pero en ese momento su situación era incierta, quería esperar para ver cómo terminaría todo.