Capítulo 49

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Max:
¿Por qué demoras tanto?

Catalina:
Creo que he engordado.

Max:
¿Por qué lo dices?

Catalina:
El vestido de baño me queda pequeño.

Max:
Sal para verte y darte mi opinión.

Catalina:
Espera.

Max:
No te lo quites.

Catalina dejó el celular sobre el lavabo del baño para verse mejor el cuerpo. El vestido de baño de dos piezas le quedaba más ajustado de lo que pensó que le quedaría, se sentía un poco incómoda viendo como sus pechos sobresalían más de la cuenta. Pensó seriamente en cambiarse pero no llevó más nada que ponerse, o era eso o se bañaba con la ropa puesta. Se dijo que tenía que dejar de ser tan tonta, no había muchas personas en la piscina, además Max no iba a ver algo que no hubiese visto antes.

Después de un momento sus amigas entraron sorpresivamente al baño, ambas estaban sonriendo abiertamente.

—Vaya, vaya. ¿Quién pidió pollo? —le dijo Andrea viéndola de pies a cabeza.

—Me queda pequeño. —Hizo una mueca.

—Claro que no, te queda perfecto —admitió Melani dándole ánimos—. Ya quisiéramos nosotras tener ese cuerpo. A propósito hemos conocido a Max.

—¿Qué? Ni siquiera se los he presentado.

—Lo vimos cuando entramos, supimos que era él, nos dijo que no te tardaras. Esta un poco desesperado el chico.

Catalina suspiró para no darle más vueltas al asunto. Saldría de allí así como estaba. Dejó a sus amigas cambiándose entre chismes de la escuela.

Se acordó cuando les dijo que no quería que conocieran a Max, pero algo la hizo cambiar de opinión, así que cuando su chico y ella se organizaron para ir a piscina se le ocurrió invitarlas mientras Max llevaba a su hermano.

Salió del baño y trató de no babear cuando lo vio sin camisa, ya lo había visto desnudo varias veces pero nunca dejaba de sorprenderla, tenía un cuerpo tonificado digno de admirar.

—¿Te gusta lo que ves? —Sonrió acercándose mientras la miraba de arriba a abajo con una mirada de deseo—. Porque a mi definitivamente me gusta lo que veo.

—Nada que no hayas visto antes —dijo traviesa.

—Nunca dejas de sorprenderme. —La agarró de la cintura para atraerla hacia él—. ¿Por qué no vamos a la parte de atrás un rato?

—Estas loco —susurró contra sus labios mientras lo empujaba suavemente del hombro—. ¿Dónde esta Kevin?

—Allá. —Señaló al niño que estaba hablando animosamente con otro—. He conocido a tus amigas. Son un poco raras.

—Quizás un poco.

—¿Eres la única cuerda del grupo?

—Tal vez...

—No. No lo eres.

Catalina iba a quejarse pero él la tomó de la nuca y la besó delicadamente. Para su desgracia sus amigas no tardaron en salir y se tuvieron que separar. Pasaron la tarde entre risas y juegos. Excepto cuando Melani le dijo que una chica pelirroja que estaba allí miraba mucho a Max. Catalina se encargó en dejarle claro, de manera obvia, que ese chico era suyo.

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