Los días al lado de Cat se estaban acabando, Max pensó que si no fuera por la universidad se quedaría viviendo allí en la ciudad para tener a su chica cerca, le gustaba demasiado, tanto podría admitir que estaba enamorado de ella.
Max se encontraba acostado en su cama escuchando música mientras movía el pie al ritmo del sonido, se preguntó que estaría haciendo si Cat estuviera ahí con él e involuntariamente sonrió al imaginársela.
Esa chica lo traía loco. Le gustaba molestarla por tonterías, ser un pervertido con ella y ver lo incómoda que se ponía ante la situación, le parecía extremadamente tierna y atractiva ver cómo se sonrojaba ante las cosas que él le decía.
A pesar de que Max y Cat salían siempre en las noches a algún lugar, pocas veces se encontraban en casa, y cuando él la invitaba ella tendía a hacerse la sería para al final sonreír y caer ante los encantos de él con una buena sesión de besos hasta que llegaba la hora de irse. Max la deseaba, quería estar más íntimamente con ella, pero le daría el tiempo necesario. Lo que ella quisiera, para él estaba bien.
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En línea
Short Story¿Qué puede impedir que te enamores de alguien con quien solo te comunicas a través de mensajes, llamadas o videollamadas? En realidad, nada lo impide. Hoy en día, las amistades a distancia pueden volverse sorprendentemente profundas. A través de con...
