15. Una dulce Luna de Miel.

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Después de un beso intenso y las convulsiones de sus cuerpos al terminar cada uno en la mano del otro, Anderson trato de decir algo pero Taylor lo silencio con otro beso y entre sus labios lo invito a tomar una ducha, Anderson parecía estar hipnot...

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Después de un beso intenso y las convulsiones de sus cuerpos al terminar cada uno en la mano del otro, Anderson trato de decir algo pero Taylor lo silencio con otro beso y entre sus labios lo invito a tomar una ducha, Anderson parecía estar hipnotizado era como estar bajo un embrujo, él solo se movía al sonar de la voz de Taylor, torpemente caminaron a la ducha.

Mientras Taylor aclimataba el agua Anderson lo observaba desde atrás, Taylor tiene un cuerpo increíble no es delgado más bien es un poco corpulento y tiene la piel clara, fina y suave al tacto... él estaba ahí desnudo paseandose de un lado a otro con su hermoso trasero al aire libre y un pene semi erecto, era lo más sexy que Anderson había visto en toda su vida y es que aunque habia estado con varias chicas nunca había sentido tanta lujuria y deseo por alguien que estuviera desnudo frente a él.

Por otra parte Taylor no era tan experto en el tema, sus noviazgos fueron escasos y en éstos siempre eran las chicas las que iniciaban el momento y él solo se dejaba llevar por la situación.

Pero ahora era diferente Anderson estaba en su mente, en su olfato, en cada uno sus poros, pues cada contacto con él lo guardaba y atesoraba, el solo pensar en él le provoca cierto hormigueo que recorre todo su cuerpo y se centra en su pene, es algo que nunca había experimentado pero eso no lo detendrá para mostrarse sexy y sensual frente a Anderson.

Cuando éste volteó vio a Anderson absorto, totalmente perdido en su cuerpo, ni siquiera se había percatado que Taylor ahora lo observaba, Taylor dio un par de pasos y tomo la mano de Anderson sacándolo de sus pensamientos y ambos entraron a la ducha tibia.

Ahora estaban más concientes, el alcohol habia disminuido y la adrenalina de hace un momento tambien se calmo, ahora solo queda el nerviosismo de que decir o hacer después de lo ocurrido, ambos se ducharon con un toque de timidez y sin pronunciar palabra alguna, solo una leve sonrisa cuando sus ojos se encontraban.

Cuando terminaron estaban más relajados, ambos con solo una toalla anudada en sus cinturas caminaron hacia la habitación, aún seguía adornada con los pétalos de rosas, la fragancia seguía en el ambiente y la tensión en sus penes no los abandonaba.

Anderson trato de tomar las cosas con calma aunque era imposible debido al ambiente pero no quería presionar a Taylor, se sentó en la cama y dijo:

- ¿Si quieres puedo irme al sillón para que puedas descansar?...

- ¿Harías eso por mí?...

- Claro, solo quiero que te sientas a gusto...

- ¿Es así?... ¿Harías cualquier cosa para que me sienta bien?...

- Sí, por supuesto...

- Entonces... está es mi noche de bodas... es mi Luna de Miel... Quiero que hagamos el amor, quiero ser tú esposo por completó y quiero que tú también lo seas...

- ¿Estás seguro, de lo qué me estás diciendo?...

- Yo no soy de las personas que dicen o hacen las cosas por compromiso, todo lo que hago es por que lo siento y lo deseo...

El mejor contrato de mi VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora