31. Eres mío, soy tuyo.

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Dedicado a karie24_ y @ArtemisDL

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Dedicado a karie24_ y @ArtemisDL

Taylor regresó a la cama y montó a Anderson dandole un beso demandante lleno de amor y pasión mientras movía sus caderas en un vaivén lento pero vigoroso, sentía como sus miembros se iban hinchado y la punta se humedecia, Taylor beso y mordió esos labios cuanto quiso, de mala gana los soltó y bajó por el cuello de Anderson a su pecho y llegó a esos exquisitos pezones los cuales lamio torturandolos en agonía, siguió su camino con la lengua hasta llegar a una molesta y estorbosa toalla la cual quitó de un tirón dejando al descubierto un hermoso pene totalmente hinchado de pasión y deseo, Taylor lo admiro y olió impregnándose de ese delicioso aroma masculino que lo volvía loco.

Besuqueo y lamió aquel pene por todas partes para luego introducirlo en su boca, sus ojos se ponían acuosos ya que es demasiado grande pero aún así devoraba todo lo que podía porque es suyo, es su hombre y de nadie más, Anderson al ver a Taylor con la boca llena y los ojos acuosos no podía con tanta excitación y comenzó a profanar esa deliciosa boca moviendo sus caderas, mientras Taylor saboreaba esas gotas amargas de pre-semen que salian de él, Taylor saco ese enorme trozo de carne que invadia su boca para bajar unos centimetros más y jugar con sus deliciosas bolas, para su sorpresa Anderson se abrió de piernas y suplicando le dijo...

- Hazlo mi amor... hazme tuyo... te deseo...

- [Taylor con una sonrisa pícara y con lujuria en los ojos respondió] Como tú digas, te demostraré cuanto te he extrañado y cuanto te amo...

Taylor bajo y con su lengua recorrió esa entrada rosada y arrugada que reclamaba por él, lamió, mordisqueo, e introdujo su lengua de forma juguetona pero Anderson estaba desesperado y en tono demandante casi como una orden pidió...

- "Métela ya!!..."

Taylor se incorporo para tomar el lubricante que estaba en la gaveta del buró, puso suficiente del líquido viscoso en sus dedos y comenzó a introducirlos uno por uno en esa cavidad que lo absorbía y devoraba, acariciaba ese punto exacto que hacía que Anderson perdiera la razón y se retorciera del deseo, cuando sintió que estaba listo para recibirlo se hincó frente a él mientras iba introduciendo su pene poco a poco reclamando lo que era suyo y diciéndole cuanto lo amaba y todo lo que lo había extrañado esos días.

Anderson gruño, respiro hondo y profundo para recibir a su marido, lo necesitaba e increiblemente su interior lo reclamaba, Taylor fue entrando lentamente saboreandolo y disfrutando de ese momento que tanto había estado esperando pero Anderdon ya estaba desesperado, tomo a Taylor de la cadera y lo introdujo de una sola, sintiendo ese dolor placentero que lo hizo gruñir aún más, se aferró al cuello de Taylor y lo beso con tanto amor, tanto deseo, pasión y lujuria que sintío que estaba perdiendo la conciencia, Taylor se movía lentamente, entraba y salía tan despacio que era una tortura para Anderson, sacaba su pene por completo para luego introducir solo la cabeza haciendo que Anderson le suplicara que no parara, ambos estaban realmente extasiados, después de jugar un rato torturando a su marido Taylor comenzó a acelerar sus movimientos convirtiéndolos en fuertes embestidas consiguiendo que Anderson gruñera como nunca lo había hecho.

El mejor contrato de mi VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora