EL DE LOS OJOS SABOR CAFÉ

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40. Son las dos con treinta de la mañana, de la misma forma de aquel día.

Esta vez no llovía, el clima era perfecto; pero solo eso por qué por dentro llovía el alma y se empapaba de soledad ardiendo.

Estaba sola hablando con aquel fantasma.

El corazón tiene aires de escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora