IMPROBABILIDADES

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63. De idas y venidas.

Cuando lo conocí pude ver estrellitas acomodadas en forma de ave que iluminaban el hueco oscuro que en el corazón habitaba. Yo ya tenía una sombra arrumbada que estaba en espera de que llegará alguien, soplará y la dejará ir.

Y él con solo un beso y una sonrisa la liberó, y le dio paso a hadas y luciérnagas para que comenzarán a ahuyentar a los monstruos que daban lucha por no salir completamente de ahí. Pero al final desapareció la magia, no me percaté que él tenía demasiadas sombras que combatir como para seguir moviendo su vara en mi mundo. Y sin más tuve que aceptar que de todos los inviernos, fantasmas y demonios que él ya traía en las pestañas yo no podía existir con ellos Así que con las fuerzas que me había tomado de aquella botella de vodka, le lancé una pregunta que me hiciera darme por vencida.

Y me rendí.

El corazón tiene aires de escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora