CARTAS A UN VIEJO AMOR

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1. Aquí vamos.

Sin confianza las relaciones se acaban, sí.

terminan convirtiéndose en un infierno; pero antes de ello existieron actitudes, llamadas, luces, incoherencias y llegadas que la hicieron detonar.

Y no, no es culpa del desconfiado, ni del santo; es culpa de los dos. Uno por permitir tanto desgaste emocional y el otro por jugar que podía tener a más de una en sus manos.

El corazón tiene aires de escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora