CARTAS A UN VIEJO AMOR

155 8 0
                                    

27. La vida después de ti.

El primer día, sentía como todo venía abajo, como si hubiera perdido alguna parte de mí. Solo la buena.

La primera semana, trate de arreglar el huracán de té atreviste a dejar en mi mente y alma. Dolías, recuerdo que dolías como si llegará algo o alguien y se llevará aquello que llamaba vida en su momento; dolías como herida rociada con alcohol, como enfermedad de diciembre; esa que se cura solo con abrazos.

Llegó mitad de mes y la sonrisa comenzaba a dibujarse. Conocí una nueva perspectiva, una nueva sonrisa, un nuevo rostro.
Y no te miento vida mía sólo te veía en él. Tu recuerdo invadía la habitación como calor de pleno mayo, llegaba con la fuerza de una bala al corazón.

Concluyó un mes y ya lloraba menos, deseaba amarme, llenarme de sonrisas, vestirme de colores y dejar de ser gris. Comencé a cambiar números, imágenes, textos, cartas y recuerdos por otros más bonitos.

¡Me quería amar yo!

Me pinte una coraza de acero, una armadura inquebrantable.
Para que al final del día, mientras daba dos pasos frente a la lucha constante de mi interior, regresaba tres llorando y preguntándome como dando tanto, como regalando sin recibir algo a cambio, fui a quedarme sola.

El corazón tiene aires de escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora