CARTAS A UN VIEJO AMOR

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14. Mi domingo susurró.- ¿Y las tristezas?

Abrí mis ojos y los rayos del sol traspasando la cortina azul de la habitación me invitaron a despertar con la energía desbordante que hacían falta los días anteriores.
El día continuaba y me miraba al espejo percibiendo algo extraño.

¿Eran mis ojos, las mejillas, el sabor, el clima?
Sería aquella paz que tanto desee hace tiempo, ese airecito de tranquilidad.

Quizá recordarte dejo de dolerme tanto, mis heridas van sanando, voy mejorando, me estoy armando.

Amando.


El corazón tiene aires de escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora