EL DE LOS OJOS SABOR CAFÉ

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Anoche soñé contigo.

Era otoño; y estaba sentada en nuestro árbol favorito.
Y mientras le cantaba a tu recuerdo, el frío comenzo a huir. Eras tú que llegabas con la calidez de tus pasos.

Tus manos taparon mis ojos y comenzaste a reír; en ese momento sabía que eras tú, por que el corazón comenzó a bailar después de haber estado tanto tiempo sentado en aquel rincón de un bar.
Y al voltear sentí el escalofrío de tu alma; vi tu tierna mirada y me susurraste al oido:

¿Dónde estabas? Que hace tiempo no me escuchas, no me buscas, no me cantas; ¿acaso me has olvidado?
Y con el nudo en la garganta te respondí:
Que no podría olvidarte.

Fue entonces cuando entendí que en el abrazo que te dí, pedía una disculpa por haberte buscado en otros besos y otras almas.

Anoche soñé contigo y parecía cariño como si nunca te hubieras ido.

El corazón tiene aires de escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora