EL DE LOS OJOS SABOR CAFÉ

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52. Reencuentro entre dos personas de marte.

De entre las voces que podría recordar durante toda mi vida, aparte de la de mi madre sería la de él.

La magia que sonó aquella noche mediante su voz pudo hacer que los grillos silenciaran su cantar, que los búhos comenzarán a bailar y que la luna diera su mejor sonrisa.

Lo miré atenta. Y mientras él cerraba sus ojos mi alma era la que se abría al ritmo de su canción; fue cuando me di cuenta de que tal vez, solo tal vez iba a ser la persona por la cual perdería la poca cordura que me quedaba; que se convertiría en el huracán por el que valía la pena entrar a este juego de poesía.

Así que le entregue un pedazo de te amo que tenía guardado en el último cajón de mi vida, le brinde mi mente como centro de inspiración y le deje jugar con mi cabello; porque al final todo lo que él tocaba y hablaba se convertía en un cúmulo de letras inefables.

Después de dejar que se colara en los rincones más sombríos, creó un mundo sempiterno cuando sus manos me escribían líricas y donde mis ojos no podían aceptar tanta belleza al mirar los suyos;

pero sobretodo activaba una y otra vez la cadena química del amor.

Para mi vida comenzaba a ser un bullicio de sensaciones misteriosas y místicas, de tal forma que podría apalabrar con el corazón que no querría emigrar hacia otro lado.

Sin saber que de los autores de aquel cosmos que inventamos sólo habría de persistir uno, mientras que el otro de tantos deseos de besar a la luna tomaba su avión de papel y comenzó a sucumbir hasta alcanzar las estrellas de las que hablábamos cada noche.

Llegó aquella madrugada en la que lentamente me acercaba a su cuerpo para susurrarle un último verso, cantarle la última promesa y despedirme de aquel chico luminiscente, quien a su vez se iba llevando consigo una parte de los colores que se dedicó a pintar en mi lienzo.

Y sin más que hacer; salí y miré el horizonte, me arropé bien pues habría de llegar uno de los fríos con temperaturas más altas de mi vida.

El corazón tiene aires de escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora