Capítulo 4

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Fui de nuevo la calificación más alta en matemáticas financieras, por lo que pude ver con facilidad mi nombre al principio de la lista de calificaciones.

Estaba orgullosa de mí misma.

-¡Soy el onceavo en la lista! ¡Saqué 5.2!- exclamó una voz detrás de mí, y solté una risa por lo bajo.

-¡Yo soy el quinto! Pero mira, Andrea Macolm sigue en número uno.- dijo otra voz masculina refiriéndose a mí, y como yo estaba parada escuchando su conversación sin disimulo alguno, supuse que ya había durado bastante tiempo y debía irme para no verme tan mal.

-¿Quién será esa chica?- preguntó uno de ellos al observar la lista con detenimiento.

-Soy yo.- dije detrás de ellos y se dieron la vuelta perplejos como si fuera una escena dramática de película.

Ambos eran casi de la misma estatura, sólo que uno tenía la piel blanca como la nieve y el cabello negro. Además, usaba gafas del mismo color y estos hacían sus ojos marrones un poco más grandes.

El chico a su lado era moreno con el cabello teñido de morado, podía ver algunos tatuajes debajo de su manga.

Después de lo ocurrido, debía intentar hacer amigos y supuse que eran buena opción.

Ambos me miraron con sorpresa al escucharme.

- ¿Entonces estamos hablando con la chica con la que Alex y sus amigos pasan todo el tiempo?-preguntó el moreno con el ceño fruncido.

Cometieron un gran error al decir eso.

Antes de responder para aclarar las cosas, vi pasar a Jed seguido de las amigas de su nueva novia, había rumores de que ya eran pareja y prácticamente eso fue lo que me hizo tirar mis palabras a la basura.

Sé que no es asunto mío, pero enserio Jed, qué pendejo estás.

Al ver que volteó en mi dirección, me ahorré mi mal comportamiento y sonreí como si no tuviera molestia alguna.

-Un gusto, pero no se sorprendan, soy una chica común y corriente. Además, puedo jurarles que ellos también lo son.- dije de la manera más amable y no sé cómo, pero terminé retirándome con ellos detrás de mí de ese lugar para que los demás estudiantes pudieran ver su calificación.

El de los lentes me dedicó una sonrisa comprensiva.

-Bueno, compañera. Ya me caíste bien.- habló soltando una risa, que juro por mi vida que era la más graciosa que había escuchado. Era aguda y fuerte, algo como una risa chillona, pero que no causaba molestia alguna y eso provocó que tanto el moreno y yo riéramos también.

-Me llamo Richard, y él es mi mejor amigo, Cornelio- se presentaron y yo fruncí el ceño ante el nombre porque nunca lo había escuchado.

Sin embargo, la expresión del amigo de Richard se puso seria mientras el otro soltaba una carcajada y le pasaba un brazo por su hombro.

-No le hagas caso, me llamo Christian.- dijo rodando los ojos, pero dirigiéndose a mí de una manera más amigable al zafarse del brazo de su amigo.

Yo no pude evitar reír.

-Es un placer, enserio.- contesté con diversión.

Fue una buena opción entablar conversación con ellos.

Para mi buena suerte, estuvimos un rato charlando antes de que la siguiente clase comenzara, y al final tuve que despedirme porque la mía comenzaba antes, pero me detuvieron antes de irme.

-Deberíamos decirle.- susurró Richard, y Christian me miró algo nervioso como si yo no estuviera ahí.

¿Ahora qué? ¿Hice algo malo?

Oh no, Alex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora