Fui de nuevo la calificación más alta en matemáticas financieras, por lo que pude ver con facilidad mi nombre al principio de la lista de calificaciones.Estaba orgullosa de mí misma.
-¡Soy el onceavo en la lista! ¡Saqué 5.2!- exclamó una voz detrás de mí, y solté una risa por lo bajo.
-¡Yo soy el quinto! Pero mira, Andrea Macolm sigue en número uno.- dijo otra voz masculina refiriéndose a mí, y como yo estaba parada escuchando su conversación sin disimulo alguno, supuse que ya había durado bastante tiempo y debía irme para no verme tan mal.
-¿Quién será esa chica?- preguntó uno de ellos al observar la lista con detenimiento.
-Soy yo.- dije detrás de ellos y se dieron la vuelta perplejos como si fuera una escena dramática de película.
Ambos eran casi de la misma estatura, sólo que uno tenía la piel blanca como la nieve y el cabello negro. Además, usaba gafas del mismo color y estos hacían sus ojos marrones un poco más grandes.
El chico a su lado era moreno con el cabello teñido de morado, podía ver algunos tatuajes debajo de su manga.
Después de lo ocurrido, debía intentar hacer amigos y supuse que eran buena opción.
Ambos me miraron con sorpresa al escucharme.
- ¿Entonces estamos hablando con la chica con la que Alex y sus amigos pasan todo el tiempo?-preguntó el moreno con el ceño fruncido.
Cometieron un gran error al decir eso.
Antes de responder para aclarar las cosas, vi pasar a Jed seguido de las amigas de su nueva novia, había rumores de que ya eran pareja y prácticamente eso fue lo que me hizo tirar mis palabras a la basura.
Sé que no es asunto mío, pero enserio Jed, qué pendejo estás.
Al ver que volteó en mi dirección, me ahorré mi mal comportamiento y sonreí como si no tuviera molestia alguna.
-Un gusto, pero no se sorprendan, soy una chica común y corriente. Además, puedo jurarles que ellos también lo son.- dije de la manera más amable y no sé cómo, pero terminé retirándome con ellos detrás de mí de ese lugar para que los demás estudiantes pudieran ver su calificación.
El de los lentes me dedicó una sonrisa comprensiva.
-Bueno, compañera. Ya me caíste bien.- habló soltando una risa, que juro por mi vida que era la más graciosa que había escuchado. Era aguda y fuerte, algo como una risa chillona, pero que no causaba molestia alguna y eso provocó que tanto el moreno y yo riéramos también.
-Me llamo Richard, y él es mi mejor amigo, Cornelio- se presentaron y yo fruncí el ceño ante el nombre porque nunca lo había escuchado.
Sin embargo, la expresión del amigo de Richard se puso seria mientras el otro soltaba una carcajada y le pasaba un brazo por su hombro.
-No le hagas caso, me llamo Christian.- dijo rodando los ojos, pero dirigiéndose a mí de una manera más amigable al zafarse del brazo de su amigo.
Yo no pude evitar reír.
-Es un placer, enserio.- contesté con diversión.
Fue una buena opción entablar conversación con ellos.
Para mi buena suerte, estuvimos un rato charlando antes de que la siguiente clase comenzara, y al final tuve que despedirme porque la mía comenzaba antes, pero me detuvieron antes de irme.
-Deberíamos decirle.- susurró Richard, y Christian me miró algo nervioso como si yo no estuviera ahí.
¿Ahora qué? ¿Hice algo malo?

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Oh no, Alex.
Roman pour AdolescentsAlex, André, Yoshua y Kyle han sido inseparables amigos desde pequeños al ser vecinos en la misma calle, uno al lado del otro. Cada uno tiene su propia esencia y son la clase de chicos por los que las mujeres matarían por tener a su lado. Lo que n...