Hoy he sido un cuerpo en piloto automático,
de los que ves en el autobús o en el metro con la mirada distante,
de los que sonríen a media asta cautelosos
de no agitarse mucho y hacer espuma,
una especie de cascarón en movimiento,
una nave espacial sin tripulantes,
la caratula de un álbum sin disco
asomado en un estante de un bazar cualquiera.
Y entre el gesto automático de un "estoy bien"
y mi risa descafeinada sin azúcar
he podido disimular esta ausencia invisible,
esta ausencia sin sentido de mis sentidos,
la no moción de mis emociones,
cada vez que me distraigo de mí mismo,
y caigo en cuanto que más que lejanía
que más que el letargo de mis amagos estéril
solo ando buscando desesperadamente
tus ojos
por todos lados.