Cuando la miro
la miro con puntería,
con la cremallera abierta
de mi pecho desnudo
entonces descubro
de que su boca
no es una boca
sino una pista de aterrizaje,
sus muslos
el Gran Prix de Mónaco
y si me atrevo a ir otras velocidades
y la miro presionando el acelerador
de su deseo
entonces descubro
que su vientre
no es un vientre
sino la llave
de la puerta
a otros universos.