Él y Yo [Completa]

Su Irritante Mirada

Agrado... justo eso era lo que no me producía Draco, él y su irritante ego simplemente repelía con el mío, se creía dueño de todo y eso simplemente me disgustaba, no sé Daphne como tolera ver clases con él, pero he sentido que se agradan, tanto como puede agradarte un desconocido. Si yo hacia las cosas bien con las pociones, con suerte no tendría que tratarlo ni a él, ni a ninguno de su sequito arruina famas; por personas como él es que nos consideran los villanos, pero no, que ellos sean ruines, viles y desgraciados no quiere decir que así seamos todos.

Yo era exigente, igual de lista que una Ravenclaw, segura de mi misma como una Gryffindor y astuta como cualquier Slytherin, ¿Qué podía tener de malo ser exigente y querer solo lo mejor? Estaba en todo mi derecho de buscar y conseguir las metas que me pusiera. ¡Ah! a quien quiero engañar, personas como Nott y yo somos excepción en esta casa, la mayoría si son malos y disfrutan siéndolo pero insisto, no todos somos Draco Malfoy... algunos si tenemos sentido común

Salí de la clase con Snape orgullosa de mí misma por haber logrado la poción multijugos exitosamente o al menos hasta ahora, ya solo debía esperar el tiempo indicado, como fuera, ¡era increíble! Quería celebrar, pero ser sociable nunca había sido mi fuerte, el precio de ser exigente es alto, quitas de tu camino todo ser indigno de tan siquiera verte y así la lista se resume a unas pocas personas que pueden hablarte, pero cuando ellos se ocupan quedas sola, ese era mi caso, pero ya que ellos estaban en clases necesitaba pasar el resto del día en algo lo suficientemente entretenido como para no aburrirme y sabía perfectamente que

Fui a la biblioteca y comencé a dibujar en el pergamino, nada especifico, solo trazos haciendo un fino marco mientras lograba decidirme por algo que quisiera dibujar, finalmente algo surgió, le haría un dibujo a Daphne, su cumpleaños se acercaba y merecía un detalle que solo las dos supiéramos como un secreto de hermanas, también le daría alguna joya o algo costoso, pero cada año teníamos ese momento solo de nosotras, sin caretas, sin farsas y solo dos hermanas compartiendo su día. Quise dibujarla a ella montando un hipogrifo, con lo mucho que le gustaban esas criaturas sería el dibujo perfecto.

Me recogí en mi cojín y comencé a dibujar el peculiar animal, eran movimientos rápidos solo un boceto que puliría hasta tener algo digno de ver. Estaba plena, mi orgullo era el pilar de mi vida, el dibujo debía ser perfecto para que Daphne solo pudiera alabar e idolatrar mi trabajo, en eso consistía todo, ser buena para que lo reconozcan, me gustaban los cumplidos como a todos, con una diferencia, no era tan hipócrita como para fingir humildad, ¡no! De hecho desprecio a esas personas.

Me perdí en mi dibujo, todo mi mundo se resumía al arte del momento, a lo lejos escuché unos pasos, pero ni así levanté la mirada, solo cuando vi una sombra frente a mí dejándose caer sobre el sillón me digné a dejar los trazos para verlo con un libro en sus manos leyendo algo sobre pociones, me irritaba su presencia, ¿no tenía otro lugar donde hacerse? Miré el resto de la biblioteca pero la verdad es que estaba repleta, aun así prefería que hiciera un show echando algún estudiante a que se sentara frente a mí

-¿No quedaban más lugares?- pregunté con seriedad haciéndolo fingir que apenas me determinaba, como si no me hubiera notado antes

-No sé, pero este es mi lugar- me aseguró volviendo la vista al libro- aquí la invasora eres tú- acusó sin levantar la mirada

-Yo llegué primero- contradije entre dientes queriendo evitar cruzar palabra, mirada o contacto con él

-No me importa- me aseguró cerrando el libro sentándose con su frívola mirada fija en mí- tengo examen con Snape en unas horas, no está de más estudiar un poco- me aclaró dejándome saber que no se iría

-A mí sí me importa, me estorbas, arruinas mi aura y necesito estar tranquila para poder terminar- le expliqué indicándole la tabla en la que dibujaba antes que él llegara