CAPÍTULO 2: DUDAS

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CAPÍTULO 2: DUDAS

La pareja seguía luchando para adoptar a un niño. Todos los lugares que habían visitado les decían lo mismo. No eran lo suficientemente estables para hacerse cargo de un bebé. Eso provocaba que hasta el nuevo optimismo de Blaine se tambaleara. Cada negativa les hacía tener dudas de si realmente llegarían a ser padres.

Kurt decidió visitar a Jessica. Le hubiera gustado desahogarse con su marido pero temía acabar con la fuerza que él tenía para seguir adelante con la adopción. La rubia sirvió café para los dos y se sentaron en la mesa mientras John hacía garabatos en un papel con una pintura.

– ¿De qué quieres hablar? – Quiso saber la rubia.

– ¿Crees que seré buen padre? – Preguntó directamente el castaño.

– Claro... ¿Por qué crees que no? – La mujer lo miró con el ceño fruncido.

– Todos se empeñan en decir lo contrario. – El ojiazul bajó la mirada.

– ¿Crees que yo soy mala madre? – Cuestionó la mayor.

– Por supuesto que no. – Dijo el joven.

– Que yo sepa, tengo los mismos problemas que tú. – Comentó la ojiverde.

– Pero está Cooper a tu lado. – Argumentó el menor.

– Y Blaine al tuyo. Yo tengo los mismos problemas que vosotros pero puedo hacerme cargo de mi hijo. No sólo porque tengo a Coop a mi lado. Si él faltara yo seguiría luchando por mi hijo. Nunca dudes de que puedes ser padre. Al contrario, creo que seríais maravillosos. Blaine le dará a sus hijos todo el amor que él necesitó y no tuvo durante su adolescencia. Tú serás con ellos como Burt lo fue contigo. Tuviste un gran ejemplo.

– Aspiro a ser la mitad de bueno que él.

– Lo serás.

Cuando llegó a casa, se encontró a su marido al piano componiendo. Se dedicó a observarlo. Sabían que en el momento en el que llegara el bebé, esos momentos acabarían. La canción terminó y Kurt aplaudió, provocándole a su marido una sonrisa.

– Perfecto, como siempre. – Susurró mientras abrazaba al moreno por la espalda y besaba su cuello.

– ¿Te gusta? – Preguntó el ojimiel dejándose mimar por su pareja.

– Sabes que me encanta todo lo que haces. – Comentó el castaño.

– ¿Todo? – Quiso saber el menor mientras levantaba una ceja y juntaba sus labios con los del ojiazul. Tardaron poco en aumentar la intensidad del beso.

Llegaron al dormitorio ya sin calzado y sin camisas. Sus manos tocaban el pecho desnudo de su amante mientras besaban con desesperación la boca del otro. Se tumbaron en la cama, con Blaine sobre su marido. Muy despacio, el moreno fue bajando, dejando un camino de besos por el pecho mientras con sus manos bajaba los pantalones y el calzoncillo de Kurt. No lo pensó dos veces e introdujo el miembro del castaño en su boca. Éste no se lo esperaba y emitió un gemido agudo. El ojimiel comenzó a moverse para acariciar la excitación de su marido con los labios y lengua.

– Blaine, voy... a... – El menor aumentó el ritmo de sus movimientos hasta que notó el salado sabor del semen en su boca.

Se volvieron a besar, pero esa vez Kurt dio la vuelta a sus posiciones, quedando él arriba. Terminó de desnudar al moreno lo más rápido posible, cogió el lubricante, puso abundante cantidad en su mano y comenzó a masturbar al ojimiel. Cuando consideró que el miembro del menor estaba suficientemente cubierto, se posicionó con sus rodillas a ambos lados de las caderas de su marido. Bajó poco a poco hasta que consiguió introducir el miembro del más bajo completamente dentro de él. Los dos jadearon y sus respiraciones eran irregulares mientras mantenían la posición para que el ojiazul se acostumbrara.

– Te amo. – Dijo el castaño justo antes de comenzar a moverse.

– Te amo. – Respondió su esposo.

Ambos se movían de manera sincronizada permitiéndoles sentir el máximo placer. Anderson se incorporó para poder besar a su marido mientras éste comenzaba a masturbarse. Sus caricias, sus besos, sus movimientos estaban destinados a que ambos disfrutaran, sin egoísmo o sensación de tener que satisfacer al otro sin importar su propio placer. Llegaron al orgasmo a la vez, con sus labios pegados y dejándose caer sobre la cama por el cansancio del esfuerzo realizado.

Minutos más tarde, los dos estaban desnudos y abrazados. Kurt descansaba sobre el pecho de su marido mientras éste lo acariciaba.

– ¿Crees que seremos buenos padres? – Preguntó el moreno.

– Creo que sí... ¿Tú? – Quiso saber el mayor.

– Debo confesar que estoy empezando a tener mis dudas. – Susurró el ojimiel.

– No las tengas, sé que serás un gran padre. – Comentó el castaño.

– Había pensado que tal vez podríamos ofrecerles a Coop y Jess cuidar de John. Así ellos podrían disfrutar de un fin de semana a solas, sin obligaciones e incluso podrían irse a un hotel o algo. Para nosotros sería una buena manera de saber si estamos preparados para hacernos cargo de un niño pequeño. – Informó el menor.

– Me parece una gran idea.

Tres días después, Cooper y Jessica estaban de vacaciones mientras Kurt y Blaine cuidaban de John. El matrimonio pudo cuidar del pequeño sin problemas. Salvo una pequeña rabieta del niño porque quería estar con su mamá, todo lo demás fue bien. Sin embargo, ese episodio sirvió para que la pareja se animara y tomara confianza con respecto a ser padres. Jessica había pasado por problemas psicológicos parecidos a los de ellos y el niño la amaba y estaba realmente bien cuidado y atendido... ¿Por qué ellos no podrían hacer lo mismo? ¿Acaso algo que ocurrió seis años atrás y que estaba superado por parte de ambos podía afectar a su juicio como padres?

 

 

 

 

 

SI Hay Motivos Para Seguir (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora