Nadie me había hablado así. Nunca. Esa chica ya me sacaba de quicio, y la acababa de conocer.
Inocentemente, fui a secretaria para informarme sobre nuestro nuevo entrenador, y esa pequeñaja que coló delante de mí.
Es morena, de ojos color miel, muy bonitos (Luke, céntrate). Llevaba puestos unos vaqueros azules ajustados, una camiseta corta ( la cual, por debajo, dejaba ver unas cuantas líneas recorriéndole la espalda), unas Vans y una mochila de la misma marca.No estaba mal, pero era muy enervante.
Salió, pero tardé en reaccionar un rato. No sé si fue por lo que me acababa de decir o por otra cosa.
Salí de allí y fui detrás de ella. Idiota por mi parte (de hecho, muy idiota).-Oye -dije, sin obtener ningún tipo de respuesta por su parte- ¡OYE!- tampoco. Lo dicho. Enervante. Le cogí de la muñeca y esta vez si se giró- Hola- le puse mi mejor sonrisa. Pero no pasó nada. Todas me miraban deseantes de que les hiciera caso, pero ella me miraba con cara de asco- Soy Luke
-Me alegro- y se volvió a girar hacia el otro sentido
-¿Cómo te llamas?- no sabía qué más hacer
-¿Sabes dónde está la clase de filosofía de 2º de Bach?- bella y sutil forma de ignorarme. En ese momento sonó la sirena- Mierda- susurró
-Claro, yo también voy a esa- la cogí de la mano (pensaba que me iba a pegar o algo así, pero al final no hizo nada) y corrí arrastrándola conmigo.
Cuando llegamos a la puerta me soltó rápidamente la mano, me sorprendió, peté a la puerta y entré con ella detrás de mi. Por suerte la profesora Martin era una persona "normal" y no nos gritaría al llegar tarde.
-Llega tarde señor Abell... y compañía- sus ojos se fijaron en ella, amables, como siempre. Aproveché para sentarme en mi sitio habitual. Le susurró algo y ella asintió. Me encanta observar esa chica. Es un misterio.
-¡Chicos! Ésta es vuestra nueva compañera... Maxine Allen- Le miré detenidamente. Definitivamente tenía cara de Maxine
-Max- la profe la miró extrañada-. Prefiero que me llamen Max
-Vale... Max- dijo la profe sonriendo- Siéntate allí- dijo señalando un sitio a mi lado
-Eee... vale- dijo poco convencida
-Bueno chicos... hoy pondremos los exámenes de este trimestre- se oyeron quejas del fondo-... no... mejor haremos otra cosa...- se quedó pensativa durante un momento- vale... por parejas haréis un único trabajo que contará el 80% de la nota final- todos empezaron a gritar emocionados y preguntar quién quería ir con quien.
A mi no me hacía ilusión porque ninguno de mis amigos estaba en esta clase.
Curiosamente, Max estaba tan alegre como yo.-YA ESTÁ BIEN- gritó la profesora-. Como claramente no sabéis organizaros, yo haré las parejas. Por orden de lista- todos se callaron y pusieron mala cara-. Me habéis obligado a hacerlo, lo siento chicos- cogió un papel en el que supuse que tenía la lista-. Veamos... Luke Abell con Maxine Allen- Me miró asqueada y yo hice igual. Ella estaba levantando la mano para quejarse- Como a alguien se le ocurra la maravillosa idea de quejarse de la pareja que le ha tocado, o intercambiar miembros tendrán un cero en mi asignatura- dijo, causando que Max bajara automáticamente la mano.
Acabó de nombrar las parejas y nos dijo que nos pusiéramos a hablar exclusivamente sobre el tema del trabajo.
Nosotros al final escogimos los personajes más importantes de filosofía.
Un día de estos teníamos que quedar pero como aún era para el 9 de diciembre no le dije nada.En cuanto sonó la campana Max salió prácticamente corriendo del aula.
No la vi en las siguientes dos horas.Al llegar a la cafetería me encontré con Peter en la mesa de siempre. Nos conocemos de toda la vida, somos como hermanos.
-Hola, Lukie- dijo con una sonrisa. Odiaba que me llamasen así y Peter lo sabía de sobra
-Hola, Roberto- su cara se describiría como un claro estás muerto.
Odia su segundo nombre, yo en cambio, lo adoro. Comimos mientras hablábamos.
-Te veo raro
-No me pasa nada
-Y una mierda... una mierda como un piano - me reí-. Te conozco. Dímelo... Ya
-Ésta mañana conocí a una chica- puso cara de interés- y... - en ese momento entró ella por la puerta con un chico de nuestro curso. Sonreía.
Me quedé mirándola sin ningún pensamiento fijo.
Peter se dió cuenta y dirigió su mirada a donde estaba la mía.-Definitivamente tienes muy buen gusto- dijo mirándola de arriba a abajo- pero no parece de las fáciles
-Peter... no me la quiero tirar
-Ya... solo la desnudabas con la mirada, no te jode- cogí un puñado de patatas fritas y se las tiré a la cara
-Cállate- le dije, riendo
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Dos docenas de rosas
Teen FictionChica nueva y chico popular. Típica historia cliché. Aunque esta vez con un giro de 180 grados. Max y Luke no son como el resto. Experimentaron cosas que no se merece nadie. Y sin embargo, experimentarán cosas que todo el mundo quiere.