25. Max (parte 1)

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Abrí los ojos de golpe y me incorporé torpemente en la cama.

-Mala idea Max, mala idea- dije-. Mierda mi cabeza

Me acosté otra vez y después me fui levantando, aunque esta vez, más lentamente. Mucho mejor.

-Dios santo, necesito una ducha...

Algo que me pasa mood post-borrachera es que hablo sola constantemente. Mi padre dice que es bastante divertido.
Cogí todo lo necesario para darme una ducha y salí de mi habitación.
En el momento en el que abrí la puerta del baño, la de Luke hizo lo mismo.
Nos miramos durante un pequeño instante y me metí en el baño, sonriendo como una tonta.
Entré en la ducha y permanecí bajo el agua un buen rato, para despejarme.
Al acabar, me fui a mi habitación ya preparada. Salté en mi sitio al ver sobre mi cama un cuerpo acostado con los ojos cerrados. Parecía que dormía. Me agazapé e intenté no hacer ningún ruido. Me acerqué a él sigilosamente y cuando estaba lo suficientemente cerca...

-BUENOS DÍAS, LUKE- grité

Soltó un grito agudo y yo no pude evitar empezar a reírme escandalosamente. Agarró mi muñeca y me tiró a la cama, causando que cortara mi carcajada al ponerse tan cerca de mi.

-Parecías un cadáver- dije intentando no ponerme nerviosa

-Un cadáver muy sexy- dijo sonriendo

Se me vino a la cabeza lo de anoche... si... muy sexy. Tenía un problema... uno muy grave. ¿Por qué no le contestaba en vez de repasarle todo el cuerpo? Antes le habría respondido con bastante elocuencia; puede que diciéndole que un orangután es más sexy que él, a lo mejor usaba sarcasmo... pero ahora... ¿Qué me estaba pasando?

Creo que fuimos los dos, aunque no estoy muy segura... lo importante era que nos estábamos acercando. Cerré los ojos esperando el contacto de nuestros labios, pero éste nunca llegó. Los abrí y vi a Luke casi riéndose. Me enfadé, y mucho.
Cuando por fin se dio cuenta de mi humor, yo ya estaba en una esquina de la habitación enfurruñada.

-Max... era broma, no te enfades- suspiré sonoramente

Le sonreí dulcemente y me acerqué hacia él, poniéndole las manos en su nuca. Sonrió victorioso cerrando los ojos y, como hizo él, me quedé a medio camino.

-¿A que jode, Abell?- dije susurrandole al oído

Me alejé de él pero rápidamente sentí una mano al rededor de mi muñeca.

-Perdón Max, en serio...- dijo cogiéndome las manos con las suyas y mirándome a los ojos- pero estabas tan adorable...- dijo sonriendo ampliamente

Fruncí el cejo

-Me he sentido estupida, Luke. Disfrutas haciéndome daño

-No, Max, claro que no

Me besó en la frente.

-Vale, vale... no lo volveré a hacer

-Ni tú te lo crees

-Lo intentaré, Max- dijo riendo

***

Ya no desayuné porque entre la ducha y el jueguecito con Luke, ya eran las dos.
Comimos los tres juntos, haciendo bromas y riendo.

Papá y yo no nos lo pasábamos tan bien desde que mamá murió... puede que esa sea una de las razones por las que estoy enamor... espera... ¿qué?

-Max- Luke me pasó la mano ante mis ojos- Despierta... vuelve con nosotros

Sacudí la cabeza... ¿Realmente estoy enamorada de este chico?

-Aha- no tenía claro si le contestaba a él o a mi misma

Dos docenas de rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora