Abrí los ojos lentamente. Miré el reloj de la mesilla; quedaba media hora para empezar las clases. Me giré y me encontré con el rostro de Luke. Se mostraba increíblemente tranquilo. Todos sus rasgos estaban marcados por la luz que atravesaba la ventana. Me acerqué a él y le besé en los labios.
-¡Eh... Bella durmiente! Despierta- susurré
Él se removió.
-Luke... es para hoy
-Cinco minutos más, porfa
-No, cielo. Ya es hora. Como no apures vamos a llegar tarde
Sonrió con los ojos aún cerrados.
- Me gusta que me llames cielo
- Que paciencia tengo que tener contigo...
Abrió los ojos.
-Pero me quieres
-Mmm... no sé yo- dije riendo
-Sí. Sí me quieres... y mucho
-Eso de mucho...
En un movimiento rápido , se puso sobre mi, con sus piernas a ambos lados de mi cuerpo.
-¿Me quieres, Max?
-Creo que no- dije riendo
-¿Ah no?
Empezó a hacerme cosquillas. Yo me reía a carcajadas.
-Para, por favor- dije casi sin respirar
-No quiero- dije sonriendo
Cuando pude, cambiamos los papeles y era ahora él quien estaba abajo. Claramente se dejó hacer. Me acerqué a él poniendo mis manos a ambos lados de su cuello y él puso sus manos en los costados de mis muslos. Le besé suavemente. Me separé unos centímetros.
-Te quiero
Me sonrió ampliamente.
-Vale ya nos podemos ir- dijo todo contento
Me quité de encima suya y fui hacia mi armario. Nos vestimos y salimos de casa.
Hoy, por fin, acababan las clases.
Estos, habían sido unos tres meses bastante moviditos. Me mudé, conocí a gente maravillosa, seguí haciendo lo que me gustaba, fui a muchas fiestas... me enamoré...
Valerie y Peter fueron al instituto aún con pierna y brazo escayolados porque ese día daban las notas. Yo estaba increíblemente nerviosa. Luke y yo íbamos camino a la cafetería cuando empezó a hablar.
-Para de preocuparte. Sabes tan bien como yo que vas a aprobar todo
-Lo supongo, pero no puedo evitar ponerme así
Yo estaba mordiéndome la uña del pulgar, con el codo apoyado en el otro brazo. Clara señal de nerviosismo.
-¿Puedes parar ya?- dijo riendo-. Sólo te van a dar un papel en donde juntan tus notas de unos exámenes inútiles que no dicen absolutamente nada de ti, y aún así vas a sacar notazas
- Eso de notazas...- Luke me sonrió dulcemente- Lo siento- dije con nerviosismo
Me dio un corto beso en los labios y me calmé. Definitivamente no era para tanto.
Entramos en la cafetería pocos minutos más tarde, dirigiéndonos hacia nuestra mesa de siempre. Éramos los últimos en llegar.
-Hola chicos
-¿Ya os estuvisteis dando el lote en el armario del conserje?- rió Paul
-No, que va- dijo Luke-. Ahí no- soltó en más bajo
Le di un puñetazo en el brazo riendo. Ya me estaba poniendo roja.
-Hoy fiesta, ¿verdad?- preguntó Jane
-Por supuesto- dijo Valerie
Nos quedamos mirando a la pelirroja.
- Estar invalida no me va a impedir ir de fiesta y mucho menos bailar
Nos reímos. Tenía razón.
La mañana pasó con lentitud, por los nervios o a lo mejor porque no hacíamos NADA en clase. Yo seguía sin entender el motivo para asistir a clase el día antes a las vacaciones de navidad.
Cuando (POR FIN) acabó el último día, me llevé a mi casa unas notas que no me esperaba. Eran increíblemente buenas en comparación con mi dedicación, o eso me pareció.
Esa noche se iba a liar. ¡Había que celebrarlo!
En cuanto sonó el timbre salimos todos prácticamente corriendo de allí.
Pasaban los días y me seguía sorprendiendo que llegados finales de diciembre hubiera veinte grados de mínima, teniendo en cuenta de que en Nebraska podíamos tener tranquilamente de media menos tres grados. Me descolocaba el cambio, pero no me quejaba.
Luke y yo esperamos al resto. Por mi lado pasó Jenna, dándome un empujón con el hombro al pasar. Luke me rodeó con el brazo al instante para que no saliera tras ella. ¿Pero de que va? Se giró hacia nosotros sonriendo.
-Que bien la tienes domesticada, Luke
-Vete ya, Jenna. Por mi ya estabas en el suelo, pero tampoco quiero que Max te deje en ridiculo tan fácilmente
-¿Crees que le tengo miedo?
-Hazme caso que lo tendrás- le dije
No sé si fue mi tono de voz o mi rostro, pero Jenna vaciló.
-No que va- y se fue
-Esa voz me ha puesto hasta a mi los pelos de punta- me susurró Luke- jo, der
Me reí.
Empezaron a llegar todos. Jane, Valerie y Peter fueron los primeros.
Estábamos hablando tranquilamente cuando oímos un ruido. Uno muy característico que hizo que Luke y yo nos giráramos al instante. Lo conocíamos muy bien. Justo entonces llegó el resto. Miraron en la misma dirección que nosotros.
Era el coche de Dylan. Bajó la ventanilla y nos dedicó una de sus mejores sonrisas. Luke ya estaba preparado para ir hacia allí. Le detuve agarrándolo de la mano. No era el mejor momento para arreglar sus diferencias.
Todos nos quedamos paralizados al ver a Jenna subiéndose al vehículo. Bueno, y casi se nos cae la mandíbula al suelo cuando les vimos besarse a través de la ventanilla. Nos miraron fijamente sonriendo y acto seguido desaparecieron a toda velocidad calle abajo.
-¿Qué es lo que acaba de pasar exactamente?- preguntó Paul tan descolocado como el resto
*******
A modo de celebración, nos fuimos todos a comer a nuestra pizzeria favorita. Hablamos durante varias horas hasta que Valerie cumplió su función oficial de gritarnos que tenía que arreglarse para la fiesta. Acabamos por hacerle caso e irnos nosotros también. En ocasiones así es mejor no llevarle la contraria.
Esa noche prometía. Iríamos todos al Magnetic, como es costumbre ya. Ese día estaba muy feliz. Todo había mejorado y nada malo podía pasar...
Tristemente, no podía estar más equivocada.
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Dos docenas de rosas
Teen FictionChica nueva y chico popular. Típica historia cliché. Aunque esta vez con un giro de 180 grados. Max y Luke no son como el resto. Experimentaron cosas que no se merece nadie. Y sin embargo, experimentarán cosas que todo el mundo quiere.