Habían pasado tres días desde lo de Dylan y aún no había hablado con Luke.
Los dos estábamos siempre en el hospital. Max estaba aún recuperándose y Paul tenía que quedarse en observación por los imprevistos de su operación: la bala estaba muy cerca de la columna y rasgó nervios.
Fue al cuarto día, tomando algo en la cafetería, cuando finalmente hablamos.-Mi hermano me dejó una carta cuando murió. Yo no lo supe hasta que Dylan incendió mi casa. Eran muy amigos pero de un día para otro se cambió de banda y se volvió muy inestable. En la fiesta de sus 18 aparecieron los Eagles prácticamente al completo y se comportaron como si estuvieran en su propia casa. Asustaron a todos. Dylan cogió a tu hermana y le pego un tiro sin miramientos. Eso ponía en la carta
Tragué en seco. Lo había dicho como si nada.
-¿A qué te refieres? ¿No te fías de la palabra de tu hermano?- le pregunté
-Antes estaba 100% seguro, pero Dylan me dijo que investigara lo que realmente paso. Y mencionó indirectamente que dejó morir al amor de su vida por venganza... estoy seguro de que se refería a tu hermana
-Te ayudaré. Necesito saber la verdad tanto o incluso más que tú. No me puedo quedar así
Asintió.
-Podemos empezar ya- dije-. Tenemos que averiguar quien estaba en la fiesta e interrogarles. Alguien tiene que saber algo
Volvimos a arriba organizando.
Necesitaba respuestas. Después de tanto tiempo pensando que le habían atracado en la calle, estaba a punto de saber la verdad.-¿Qué tal está Paul?
-Dicen que bien pero conozco esa cara en los médicos. Algo pasa
-Otra cosa que averiguar para la lista- dijo
Reí pero estaba realmente preocupada.
Cada uno se fue a la habitación de quien le tocaba.-Harley- dijo cuando me vio. Estaba increíblemente drogado
-Hola- dije sonriente- ¿qué tal estás?
-Ahora que estás aquí mucho mejor
Me puso morritos y extendió sus brazos, como un bebé cuando tiene delante de él un biberón. Me acerqué y le di un beso.
Sonrió como un niño pequeño.-Te quiero muchísimo
-Yo más- respondí
-Eso es imposible- dijo cruzándose de brazos
Sonreí.
-¿Necesitas algo?
-A ti
Vaya chaval. En fin.
-Creo que es hora de tu siesta, cariño
Puso ojitos de cordero.
-Me encanta que me llames así
Reí.
-Descansa. Vuelvo ahora
-Si ves a los médicos diles que prefiero gelatina de fresa en vez de limón, porfa
Asentí.
Poco a poco fue cerrando los ojos. Los calmantes que le daban eran muy fuertes. Y creo que eso no significaba nada bueno.
Busqué al doctor que le atendía siempre. Estaba hablando con una enfermera.-Emm... perdone
Se giró hacia mi.
-¿Puedo hablar con usted?
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Dos docenas de rosas
Teen FictionChica nueva y chico popular. Típica historia cliché. Aunque esta vez con un giro de 180 grados. Max y Luke no son como el resto. Experimentaron cosas que no se merece nadie. Y sin embargo, experimentarán cosas que todo el mundo quiere.